El grupo disidente de las FARC, que opera en el suroeste de Colombia, anunció que se daría un tiempo para suspender la mesa de dialogo con el Gobierno Nacional de Colombia, para hacer una reunión interna y definir qué seguiría en el futuro del grupo.
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La noticia llegó luego de que un grupo de militares fuera retenido en El Plateado, en el departamento colombiano del Cauca, por campesinos que, luego de investigación, se conoció que actuaron bajo la orden de las Disidencias de las FARC.
A pesar de la noticia que, el comunicado aseguró que mantendrían el cese al fuego.
Ante esto, el Gobierno se acercó a través del General Helder Fernan Giraldo para entablar comunicación con los campesinos.
La principal razón de la decisión por parte del grupo, fue la militarización del Cañon del Micay, un corredor estratégico del narcotráfico en donde el gobierno ni hacía presencia desde hace varios años.
“No estamos de acuerdo con el desarrollo de las comunidades campesinas, olvidadas desde hace tanto tiempo por el Estado, se adelanten mediante procesos de militarización en los territorios”
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La subdirectora de la fundación Paz y Reconciliación, Laura Bonilla, aseguró que esto podría ser bastante grave para el proceso de paz:
“No es buena señal la manera en la que se levanta el acuerdo, y por supuesto que puede tener consecuencias graves. Lo principal es asegurar que la población no quede en medio del fuego cruzado”.
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Por su parte, Ariel Ávila, senador y analista de Paz, aseguró que el país estaba en crisis, sumando el secuetro del padre de Luis Díaz por parte del ELN.
