Vicky Dávila es una de las periodistas más reconocidas en Colombia. Unos la quieren, otros la odian; sin embargo, nadie puede negar que es uno de los talentos más relevantes en el país. Hace poco la afamada directora de la Revista Semana no se aguantó las ganas de criticar las polémicas marchas que convocó el Gobierno del presidente Gustavo Petro. La comunicadora regañó al jefe de Estado y le aclaró que su actuar es “infame” y “dictatorial”.
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La polémica surgió luego de que las calles del centro de Bogotá se convirtieron en punto de encuentro para más de 30.000 ciudadanos que se dieron cita para atender el llamado del presidente Petro para apoyar los proyectos de reforma que adelanta su Gobierno. Las manifestaciones, que recorrieron varias arterias viales de la capital, finalizaron en la Plaza de Bolívar y contaron con la presencia de comunidades indígenas, que viajaron desde sus territorios para pedir garantías y respaldar al jefe de Estado.
A pesar de la masiva participación, estas protestas generaron opiniones dividas entre la población. Especialmente, porque el mismo ministro del Interior Luis Fernando Velasco aceptó que desde el Gobierno sí se utilizaron recursos públicos para costear los gastos logísticos de las manifestaciones. Aclaró que aunque no se le pagó a las comunidades por participar, sí se les patrocinó el gasto para su desplazamiento y alimentación desde varias carteras ministeriales.
Ese asunto le sacó ‘la piedra’ a Vicky Dávila, quien no dudó en lanzar críticas contundentes a las marchas de Gustavo Petro.
“No, fueron unas marchas presionadas, convocadas por Petro para Petro. “Prepagadas” por el Gobierno Petro, claro que sí. Eso no es democrático, es dictatorial traerse a Bogotá a miles de indígenas y campesinos de la manera como la hicieron. Infame”, señaló Dávila.
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Para la periodista, las marchas del Gobierno fueron una especie de ‘movida’ para engañar a la ciudadanía y un intento por presionar al Congreso: “no fue una fiesta por la vida, fue un espectáculo triste para la libertad de los ciudadanos y la libre determinación. No se engañen ni traten de engañar a los ciudadanos. Las marchas fueron una fachada de un hecho notorio: el deterioro y el desgaste de un gobierno que no escucha las voces diferentes, solo las que están uniformadas con Palacio. Y sí hubo intento de presión al Congreso”.
Para finalizar, aclaró que: “hay que dejar que los parlamentarios discutan y que sea lo mejor para Colombia, no para un gobernante caprichoso o un grupo político específico. Por último, la marcha de ayer fue una clara intervención en política del Gobierno, en medio de la campaña. Una presión indebida a los votantes”.