La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ratificó vía resolución que la excongresista Zulema Jattin tendrá “beneficio de libertad transitoria, condicionada y anticipada”, tras haber aportado testimonios que han apoyado a la construcción de la verdad, según la JEP. Es clave recordar que esta mujer fue procesada por la justicia tras supuestamente demostrarse su participación en la denominada ‘parapolítica’.
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Lo que causó sorpresa en la resolución revelada por la JEP, fue una declaración en la que la exsenadora confirma que, supuestamente, sostuvo reuniones con Álvaro Uribe Vélez y Salvatore Mancuso, entre 2001 y 2002.
“(...) esta Sala considera que la compareciente ha cumplido con esta exigencia y que en ese sentido ha hecho aportes importantes para entender las relaciones que distintos actores han tenido en distintos momentos con el aparato criminal (...) se espera que puedan servir para impulsar otros casos, llamar a otras personas y remitir compulsas ante otras autoridades competentes”, señaló la JEP.
Jattin declaró y metió en ‘apuros’ a Álvaro Uribe
Según Jattin, un hombre llamado William Salleg, exdirector de El Meridiano de Córdoba, fue quien la conectó con el exjefe paramilitar, Salvatore Mancuso. Su primera reunión se dio el pasado 13 de septiembre de 2001.
“Fuimos hasta una finca ubicada entre el kilómetro 15 de la vía Montería hacia Tierralta”, explicó Jattin. Además, dijo que durante el encuentro Mancuso, este le prohibió hacer eventos políticos en ciertos municipios, ya que estos estaban bajo dominio de personajes como Eleonora Pineda y Miguel de la Espriella.
Esa prohibición desató la inconformidad de Jattin, por lo que tuvo varios inconvenientes con Mancuso. Finalmente, tras varias discusiones, acordaron que ella sí podía hacer política en Cereté.
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Después de eso, según Jattin, se dio la reunión con Álvaro Uribe, donde aprovechó para contarle las prohibiciones de las que había sido víctima. Sin embargo, según Jattin, este le sugirió que si no tenía pruebas, no denunciara.
“Yo le hablé a él específicamente de la doctora Eleonora Pineda y del doctor Miguel de la Espriella, porque Salvatore Mancuso me había dicho que ellos eran sus candidatos (…) creo que a él le interesaba que ellos lo acompañaran, le interesaba que todo ese andamiaje político, ya que lo estaba acompañando en Córdoba, se mantuviera, y si yo me ponía a hacer ruido o a denunciarlo o a hacer público (...) pues ese ruido iba a afectar la campaña presidencial, porque ellos eran candidatos y congresistas que estaban apoyando la candidatura de Álvaro Uribe, así lo entendí en ese momento y pues yo quería que él ganase también las elecciones y entendí que políticamente no era oportuno o políticamente correcto que yo hiciese ese tipo de pronunciamientos a nivel nacional, y que si bien estaba en riesgo la credencial mía, pues había una un objetivo mayor que era que él ganara la Presidencia y preferí dejar de ir a los municipios y quedarme callada y redoblar el trabajo donde podía moverme”, declaró ante la JEP.