Un estudiante colombiano fue condenado este viernes a diez años de cárcel por el homicidio involuntario de una trabajadora sexual transgénero en un hecho ocurrido en enero de 2020 en Sídney, Australia.
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La condena se da luego de que la jueza Dina Yehia del Tribunal Superior de la región de Nueva Gales del Sur, declarara en febrero pasado a Héctor Valencia, de 23 años, inocente de asesinato, pero culpable del homicidio involuntario de Kimberley McRae, de 69 años.
Valencia, cuya condena se contará desde el 26 de febrero de 2020- cuando fue detenido tras ser extraditado de Aruba- y expirará el 25 de febrero de 2030, podrá solicitar la libertad condicional el 25 de noviembre de 2026, según un comunicado de la fuente judicial.
El estudiante colombiano había contratado los servicios sexuales de McRae por cien dólares (66,4 millones de dólares estadounidenses o 61 euros) pensando que era una mujer cisgénero, pero al descubrir que se trataba de una trabajadora sexual transgénero reaccionó violentamente y de manera discriminatoria.
Valencia la golpeó en el estómago y el rostro, ambos forcejearon y después el estudiante “sostuvo un cordón sobre el cuello de la fallecida con ambas manos durante algunos segundos”, según el recuento que hizo la cadena pública australiana ABC de la vista condenatoria.
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“La causa de la muerte fue asfixia causada por la compresión”, precisó hoy la jueza al pronunciar su condena en la que remarcó que Valencia abandonó de forma “insensible” el cuerpo de la trabajadora sexual en el suelo, agregó el medio.
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Así confesó Héctor Valencia el crimen a un amigo
Según informaron medios australianos, Valencia en enero de 2020 envió un mensaje de texto a un amigo dos días después de asesinar a Kimberley McRae, confesando el crimen. “Creo que maté a una p**a”, dijo.
Posteriormente, huyó de Australia, donde finalmente lo arrestaron en Aruba y lo extraditaron a Australia para que enfrentara su delito.
Fue en medio del proceso judicial que Valencia -quien habría sido parte del Ejército de Colombia- admitió haber agredido y matado a la McRae. Sin embargo, argumentó que no tenía la intención de hacerlo, pues todo se trató de defensa propia.
Algo que la autopsia desmintió y que el mismo juez indicó que si bien el ataque no fue premeditado ni planeado, él fue quien inició la agresión motivado, sin duda razonable, bajo por prejuicios.
El cuerpo de la víctima, fue hallado en descomposición en el piso de su habitación, cubierto con un edredón, una almohada sobre su cabeza, parte del cable de una lámpara sobre su cuello y un perservativo usado cerca.
