Un tipo de harina llamada fariña o mañoco que consumen los pueblos indígenas fue clave para que los niños rescatados en la selva del Guaviare se alimentaran en la selva y pudieran salvar sus vidas.
Ellos son Soleiny Mucutuy (9 años), Tien Noriel Ronoque Mucutuy (4 años), Lesly Mucutuy (13 años) y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy (11 meses).
Este es un alimento ancestral de los pueblos indígenas de la Amazonía y la Orinoquía, y es poco conocida fuera de la selva.
Esta harina es elaborada luego de un proceso a partir de la yuca amarga (brava), que es venenosa y necesita ser procesada para que sea comestible para el ser humano.
Las comunidades indígenas usan la yuca amarga para hacer uno de sus productos más importantes: una harina gruesa de yuca llamada fariña o también conocida como Mañoco.
Fariña es un tipo de harina gruesa, hecha de yuca amarga (también conocida como yuca brava). El extenso proceso para preparar la fariña lleva varios días.
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- Es necesario remojar las raíces peladas en agua durante 3 a 4 días, para iniciar el proceso de extracción de los elementos venenosos.
- Después viene el paso de rallar finamente la yuca. Esta yuca rallada se agrega a una herramienta para exprimir todo el líquido que contiene los elementos venenosos.
- El tercer paso consiste en tostar la yuca durante 2 a 4 horas hasta que esté completamente cocida y de color amarillo. Para ellos se usa unas pailas grandes para tostar la yuca.
El producto final es un tipo de harina gruesa, con granos duros, que tiene un sabor a nuez y sabe ligeramente ahumada.
En todos los restaurantes se encuentran grandes tarros de fariña o mañoco de todos los tamaños y de distintos sabores según su preparación, y la gente la añade al plato a su gusto. La harina espesa la sopa, agrega un sabor ligeramente ahumado y un toque crujiente a lo que se come. También se añade al arroz o a la comida seca. También se puede preparar sola como hicieron los niños.
¿Qué comieron los niños en la selva del Guaviare? Frutos del bosque como la maracuyá, una de las huellas que siguieron los uniformados de las Fuerzas Militares y los líderes indígenas durante la búsqueda. También se alimentaron con la fariña, que, al parecer, llevaba su mamá en la avioneta que se accidentó. Los niños se llevaron los alimentos que pudieron consigo y con eso sobrevivieron durante 40 días en la selva.
