Este martes se desarrolla el cuarto y último día de Audiencia Única de Verdad del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso, desde su centro de reclusión en Estados Unidos. Esta vez, su testimonio se adelanta en torno a las filtraciones de información del DAS con fines contrainsurgentes y la persecución en instituciones como la Universidad de Córdoba. “La cuarta práctica criminal del paramilitarismo en Córdoba aborda la cooptación y el control de entidades públicas que les permitía a los paramilitares no solo acceder a información privilegiada del DAS, sino perseguir a sus contradictores”, argumentó la Jurisdicción Especial para la Paz.
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Sobre el relacionamiento entre el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), Mancuso ratificó que ese vínculo sí existió. “El DAS fue una institución con la que tuvimos colaboradores desde los años 1988, 1989, que estuvo Emilio Vence Zabaleta”, dijo.
Señaló también que el vínculo se basaba principalmente en recibir información de “aquellas personas que se consideraban objetivo militar. Se compartían listas para ejecuciones que se hacían de manera extrajudicial. Eran asesinatos cometidos en un principio por Los Tangueros”.
Dentro de las víctimas, mencionó a personas integrantes del colectivo LGBTI+, consumidores o vendedores de sustancias psicoactivas, estudiantes de universidades públicas, “personas que no tenían nada que ver con la subversión, personas humildes”, liderazgos sociales, entre otros.
Presidente Petro y canciller Leyva fueron objetivos militares ordenados por el DAS: Salvatore Mancuso
Durante la comparecencia, Salvatore Mancuso, confesó que el hoy presidente, Gustavo Petro, y el canciller, Álvaro Leyva, hacían parte de la lista de nombres consignados en la carpeta entregada por el entonces director del DAS, José Miguel Narváez, a las AUC.
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“También al colectivo José Alvear Restrepo, especialmente al abogado Alirio Uribe. El secretario general del Partido Comunista, de apellido Caicedo. El mismo canciller hoy Álvaro Leyva y el mismo presidente Gustavo Petro, fueron parte de los objetivos militares que nos entregaba él (exdirector del DAS) señor José Miguel Narváez”.
Asimismo, Mancuso mencionó también que Narváez “insistió” en la ejecución de otros asesinatos como: la senadora, Piedad Córdoba, “dijo que haberla secuestrado y liberado nuevamente era un error grave. Había que asesinarla”.
