David Murcia, fundador y cerebro detrás de la empresa Grupo DMG Holding S.A, regresó a Colombia en 2019, luego de cumplir una pena por los delitos de estafa y lavado de activos, en Estados Unidos. Desde ese año, Murcia fue primeramente enviado a la cárcel La Picota, pero posteriormente trasladado a la cárcel de máxima seguridad de Valledupar, conocida como ‘La Tramacua’, donde responde por los delitos de concierto para delinquir, estafa y enriquecimiento ilícito, relacionados con los cientos de miles de colombianos que perdieron cantidades absurdas de dinero, tras participar de esta pirámide.
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Ahora, luego de 15 años, Murcia habló con la Revista Cambio sobre distintos temas, dentro de los cuales mencionó a las víctimas y aseguró que piensan repararlas, pero no tiene clara la información sobre donde está el dinero. Pues, dice, cuando el gobierno de turno intervino su empresa había cientos de miles de millones de pesos colombianos en efectivo, además de bienes que servirían, en la actualidad, para reparar a todos los afectados.
“Los tarjetahabientes jamás han sido realmente tenidos en cuenta de manera seria. A los tarjetahabientes los han tratado igual que me han tratado a mí, como una basura”, indicó.
David Murcia compartió celda con Garavito y contó que le hizo confesiones escabrosas
Durante la entrevista con el medio ya mencionado, Murcia contó que durante 8 meses recibió solo dos horas al día de sol y eso, lo terminó de afectar emocionalmente.
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A lo largo de estos 13 años, el condenado cuestionó que lo hayan trasladado a esta celda de máxima seguridad, pues aunque reconoce sus delitos, dice, no se compara con crímenes cometidos por Rafael Uribe Noguera, asesino de Yuliana Samboní; Javier Velasco, feminicida de Rosa Elvira Cely; y Fredy Valencia, el ‘monstruo de Monserrate’, asesino de por lo menos 18 mujeres.
Pero el empresario también mencionó a Luis Alfredo Garavito, señalado abusador sexual y homicida de por lo menos 172 niños en Colombia, Venezuela y Ecuador.
Aseguró que fue vecino de celda de Garavito y que le solía contar, “sin que nadie le pregunte, escabrosos detalles de sus crímenes y vejámenes. Relatos que Garavito hace en medio de risas”, puntualiza Revista Cambio.
