Tirados en el piso y bajo condiciones de total abandono por parte de su aerolínea, durmieron los pasajeros de Viva Air que sufrieron la cancelación de operaciones sin previo aviso y súbitamente. Los pasajeros hablan y comentan cuáles son sus inconformidades con lo que está sucediendo actualmente con la aerolínea.
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Ante la falta de respuesta de la Aeronáutica Civil tras más de 7 meses, Viva Air comunicó en la tarde del pasado lunes 27 de febrero que sus operaciones quedaban suspendidas hasta que se produjera una respuesta de esta entidad sobre la unión de la aerolínea con Avianca.
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Cientos de pasajeros se encuentran varados en el Aeropuerto El Dorado luego de la suspensión sin previo aviso de los servicios, aún cuando los tiquetes ya estaban comprados y muchos estaba listos para llegar a sus lugares de destino para cumplir con sus demás compromisos.
Wilber Oreyana, ciudadano peruano, señaló que aún no tienen respuesta sobre lo que pasará con sus tiquetes. “No nos dan una respuesta clara de lo que pasa, cómo es que si están en crisis y no van a prestar las rutas de vuelo, siguen recibiendo dinero de tiquetes. Son unos irresponsables”, dijo a La FM.
Desde el aeropuerto se han difundido imágenes que muestran a decenas de viajeros durmiendo sobre sus toallas y haciendo cambuches improvisados en el Aeropuerto para poder descansar.
Mery Aguilera, ciudadana argentina, explicó que ni siquiera les brindaron sillas para que pudieran esperar ante la falta de un hospedaje. “Cómo pasa esto, venimos de turistas a un país que consideramos hermoso y nos salen con esto, dónde están las autoridades, por qué el personal de aviación civil no nos ayuda, ni sillas nos facilitaron para poder sentarnos”, dijo al respecto.
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Nicol Pinzón también explicó que tenía que llegar a Argentina, Buenos Aires, para cumplir con un importante compromiso para su futuro. “Yo tenía que iniciar clases en Buenos Aires mañana, tenía que presentar un examen que era crucial para mi futuro, mi vuelo salía a las 10 p.m., y cuando me acerqué para pedir información, no había ni un sólo funcionario de la aerolínea, quién me va a responder por este daño”, narró la joven.
“Gasté casi US$6.000 en los pasajes con mis nueve familiares, pero ante este panorama, otras aerolíneas nos cobran 1.000 por cabeza, de dónde voy a sacar dinero. Ya hablamos con el consulado de Perú pero dicen que hay que tener paciencia mientras se trata de cuadrar un vuelo humanitario”, también comentó el pasajero Alberto Castillo.