Desde el 1 hasta el 3 de febrero, la delegación del gobierno nacional estuvo encerrada en el Hotel Hyatt, en Bogotá, para desarrollar el seminario taller, que tenía por objetivo realizar un balance de lo obtenido durante el primer ciclo de negociaciones en Venezuela.
Ante la incertidumbre del desarrollo de la mesa por el anuncio fallido del presidente, Gustavo Petro, al no acordarse un cese al fuego bilateral con el Eln, este lunes 13 de febrero, las Delegaciones de Paz de cada esquina, inauguraron oficialmente el segundo ciclo de la Mesa de Diálogos de Paz, desde la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, en Ciudad de México.
En las primeras declaraciones, el secretario de las Naciones Exteriores, Marcelo Ebrard, les dio la bienvenida y calificó el encuentro como histórico hacia la reconciliación y la paz en Colombia.
“Que México sea país garante, confirma que tenemos una política exterior pacifista y de compromiso a la paz. Nos enorgullece que estén aquí. Nos importa a todos los pueblos del mundo y sobre todo a nosotros porque Colombia es un pueblo hermano a nivel social y políticamente”.
Los puntos clave que se tratarán durante esta nueva conversación
El jefe de delegación del ELN, Pablo Beltrán, agradeció por la hospitalidad de México y dio visos sobre lo que vendrá ahora en esta negociación.
“Este segundo ciclo acordará la agenda definitiva de negociaciones. Diseñará la más amplia participación de la sociedad en el proceso de paz y se ocupará de los preparativos para acordar un ceso al fuego bilateral, temporal y nacional”.
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Mientras que Otty Patiño, jefe de delegación de Colombia, aseguró que “en este segundo ciclo, debemos avanzar en temas y desafíos reclamados por quienes hoy padecen las inclemencias del conflicto y el abandono del estado. Tenemos que producir hechos”.
Enfatizando que desarrollarán dos principales temas: la participación de la sociedad como protagonistas que, hasta el momento, no están presencialmente allí; y el cese al fuego.
“La mesa siempre estará sujeta a ser mejorado por lo que diga la gente y se implementará en los territorios (...) Nos corresponde reinterpretar el cese al fuego no como una disminución de las confrontaciones armadas sino una disminución de las hostilidades hacia la sociedad civil”.
