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¿Quién responde? El drama de los habitantes de Cajicá ante la falta de agua y que nadie presta atención

Dejar la ropa para el otro día por el agua café o almacenar en baldes, son algunas de las situaciones que afectan, en su mayoría, a los más vulnerables.

Desde el viernes 27 de enero, residentes de Cajicá, Cundinamarca, salieron a protestar ante la falta de suministro de agua potable en sus viviendas.

Con pancartas, arengas y bloqueando algunas vías, pidieron ser escuchados y atendidos diligentemente por parte de las autoridades, para que les garanticen un agua en óptimas condiciones.

Actualmente, denuncian que el líquido les llega de color café, amarillo, negro o hasta azul, de mal olor y, en algunos casos no tan graves, les suspenden el servicio al menos dos días a la semana.

De esta manera, ordenó suspender el licenciamiento de todos los proyectos de construcción de vivienda; la cancelación temporal de clases en seis colegios públicos hasta que se restablezca el servicio; y el no cobro desde noviembre de 2022 hasta enero de 2023 para los estratos 1, 2, 3 y 4, que hayan demostrado afectación alguna.

Fue un día después de este anuncio, que el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, informó la inversión de cerca de $27.000 millones para garantizar obras inmediatas que ayuden a apalear la dificultad.

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“Hemos decidido realizar el giro directo e inmediato de $2.000 millones para que se destinen a la compra de tanques y motobombas para los sectores que lo necesitan en este momento para que pueda garantizarse el suministro de agua”, señaló.

Mientras que a largo plazo, indicó que en el mes de febrero, se girará al municipio $20.000 millones -que se suman a los $4.500 que dispondrá el municipio- para la construcción del tanque de almacenamiento de agua.

Recursos, que serán administrados por la Empresa de Servicios Públicos de Cajicá. Entidad que deberá adelantar un proceso de licitación -en el que se espera escoja a la empresa con más experiencia- y así ejecute eficazmente las obras.

Los antecedentes para entender la problemática

Cajicá no cuenta con fuentes hídricas. Por ello dependen 100 % del suministro de agua que venda el Acueducto de Bogotá. Empresa que actualmente proporciona 230 litros por segundo, pero solo recepcionan 190 litros por segundo.

Así lo indicó la dirigente nacional del Partido Alianza Verde, Angélica Gómez. “Nuestro tubo madre es muy pequeño, de 12 pulgadas y no se ha hecho una adecuación. Además, la falta de construcción de dos tanques de almacenamiento cada uno por diez mil metros cúbicos, más una bomba que garantice el fluido”.

Gómez, asegura que en mesas de trabajo, el Acueducto ha reiterado que ellos entregan el agua clara, transparente y potabilizada, “pero es por falta de la adecuación y mantenimiento de las redes internas del municipio”, que este panorama está pasando desde años atrás.

Sin embargo, de llegar a solucionarse esto, no bastaría si la demanda en compra de inmuebles y aprobación de proyectos urbanísticos, no se controlan.

“En 2011, el actual alcalde fue el gerente de la Empresa de Servicios Públicos de Cajicá, quién amplió el Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Allí se cambiaron los usos del suelo, otorgando todas estas licencias. Llevando a cuatriplicar su población. Asimismo, a lo largo de los años, no se han hecho las adecuaciones necesarias de las redes hidráulicas”.

Es así, como el exconcejal de Cajicá por el partido ASI, Juan Bulla, planteó una solución a mediano y largo plazo: ejecutar el Plan Maestro de Acueducto, que es la hoja de ruta que tiene el municipio para garantizar el líquido hasta 2045.

“Primero: se debe cambiar toda la red de acueducto del municipio porque es una tubería pequeña y obsoleta; y dos, construir unos tanques de compensación en la parte más alta del municipio, con el objetivo que tengamos una reserva de horas o días el día en que Dios no quiera la Empresa de Acueducto de Bogotá no nos venda más por razones técnicas. Para esto, ya anunciaron disponibilidad de recursos”.

¿Qué dicen sus habitantes?

PUBLIMETRO COLOMBIA, habló con la internacionalista y docente de la Universidad Militar, Natalia Casas, que desde hace 15 años vive en el municipio, en cercanías a la estación del Tren de la Sabana.

Alterno a su trabajo, no solo lee y tiene muy en claro la situación de Cajicá, sino como ciudadana, alza su voz para preguntar, ¿cuándo se resolverá de raíz este problema?

Casas, narra que en su vivienda, el agua llega a ciertas horas: de 5 a 7am, de 12 a 2pm (a veces dura menos) y finalmente de 6 a 7 de la noche.

“Realmente es retador porque desde bajar la cisterna se vuelve un tema muy complejo. O nos ha pasado que pones la ropa en la lavadora y el ciclo no alcanza a terminar. Entonces toca levantarnos muy temprano a terminar de lavarla”.

Pero no solo esto, el líquido llega con coloración, como si fuera de barro, y al no contar en su edificio con tanques de abastecimiento, tienen que guardarla en baldes y así utilizarla para cepillarse los dientes u otras actividades.

“Toca acostumbrarse, pero es un tema aburrido. Con este tema se ve como esas brechas o esas desigualdades se amplían en esta coyuntura”.

Respecto al cobro del servicio por parte de la Empresa de Servicios Públicos de Cajicá (EPC), narra que paga $125.000 por dos meses en estrato 3, teniendo en cuenta que durante el día al menos se queda 5 horas sin agua.

Su preocupación, ahora se vuelca a como no solo ella, sino las familias de estratos 1, 2, 3 y 4, van a demostrar que durante el mes que duré la emergencia decretada, efectivamente el agua no les llegó por 24 horas y así beneficiarse de reducir la tarifa del cobro del servicio.

“Uno no sabe cómo hacer esas pruebas. ¿Cómo vamos a demostrar eso? Ni EPC, ni la Alcaldía regulan esos precios, hay una comisión para eso. Entonces es un poco mentirle a la ciudadanía con esa expectativa”.

El proyecto de vivienda que adquirió Natalia y su familia, no contó con una administración que auditara la construcción y así recomendar, entre otras cosas, la suficiente implementación de tanques de agua.

“Realmente no es culpa 100 % de las constructoras, sino tanto de la viabilidad de los servicios públicos y las licencias que se empezaron a disparar en especial desde el año 2014 con el cambio del POT y que en esta administración debe actualizarse”.

Ahora, con las elecciones distritales, municipales y departamentales el 29 de octubre de este año, esta docente espera que los demás habitantes elijan a consciencia para que esta situación por fin tenga una solución.

Dato: En 2005, habían 45.931 habitantes. En 2022, su población pasó a 92.967. Un aumento del 102 % en menos de 20 años. Fuente, DANE

Chapó: Cajicá no cuenta con fuentes hídricas. Por ello, dependen 100 % del suministro de agua que venda el Acueducto de Bogotá. Empresa que actualmente proporciona 230 litros por segundo, pero solo recepcionan 190 litros por segundo.

Cita destacada: “La administración distrital no ha priorizado el invertir los recursos en lo que se necesita. Por ejemplo, menos mal el Concejo no aprobó la construcción de una piscina olímpica. ¿Con qué agua la iban a llenar?”, Angélica Gómez, dirigente nacional del Partido Alianza Verde.

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