Panaca, una vez más está demostrando que tiene grandes experiencias para ofrecer como un lugar turístico imperdible en la ruta del eje cafetero. A sólo una hora de Pereira los visitantes pueden encontrarse con un oasis para el conocimiento agropecuario y regresar al campo de donde todo proviene.
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PUBLIMETRO habló con Jorge Ballen, el soñador de este parque, y su director quien recordó la visión que tuvo hace 23 años. “Walt Disney tomó un ratón y lo convirtió en el eje del entretenimiento universal, por qué nosotros no podemos convertir un ser, que no es ni toro ni buey ni vaca, que se va a llamar Panaca en medio entre la naturaleza, la producción agropecuaria y la humanidad. Hace 23 años pensamos que tenía sentido y hoy seguimos creciendo”.
Actualmente, el parque cuenta con más de cincuenta hectáreas con doce estaciones en las que conviven más de doscientos animales felices en esta arca dedicada a la pedagogía del campo.
“Yo me siento gestor de este legado, porque uno tiene un designio en la vida y yo renuncié a todo en el año 1998, perdí libertad, perdí tranquilidad y en la famosa hamaca en la que nació Panaca no me pude volver a acostar. Cuando le presenté esta idea a los banqueros que apoyaban a mi familia me declararon clientela de alto riesgo y ese fue el precio para sacar este sueño adelante, que hoy es una realidad 23 años después”, afirmó Ballen.
Aulas vivas para estudiar el campo
La Fundación Panaca, que actualmente ha capacitado a más de 7 mil campesinos de todos los departamentos del país a través de las aulas vivas, está en la búsqueda de alumnos que deseen capacitarse en las áreas de Técnico Laboral Agropecuario con una duración de 82 días y diplomados en autogestión agroalimentaria, entre otros avalados por la Secretaría de Educación de los departamentos del Quindío y Tolima.
“Nuestro propósito es transformar el campo colombiano y del mundo a través de la formación para las personas de la ruralidad. Logrando que se tecnifiquen en temas de procesos agropecuarios muy alineados con los objetivos de desarrollo sostenibles”, dijo Lorena Marcela Cuéllar Romero, directora de la Fundación Panaca.
El modelo va encaminado a que participen todas las personas de los sectores rurales del país. En el proceso han participado campesinos de once países como México, República Dominicana, Honduras, Panamá, Belice, Guatemala, Costa Rica, Perú, Ecuador, Chile y Bolivia.
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“No hablamos de un relevo generacional sino de integración generacional porque personas de todas las edades pueden participar, para que el adulto también pueda compartir con el joven. Esto porque los mayores tienen la experiencia desde el hacer en el campo como dice nuestra filosofía “sin campo no hay ciudad, sin campesinos no hay campo y sin educación pertinente para ellos no hay prosperidad””, agregó Cuéllar.
La fundación trabaja anualmente con campesinos desde los 18 años hasta que el cuerpo aguante y con estudiantes que han vivido la experiencia hasta los 75 años. Lo único que se necesita es que estas personas tengan vocación y que deseen trabajar por el campo colombiano o para alumnos que están en la ciudad y desean retornar al campo y requieren de más información en las áreas de formación.
Panaca cumple 23 años como destino turístico de experiencias dedicado a la formación agrícola para todas las edades
Los pilares fundamentales para estas capacitaciones van encaminadas a aprender lo técnico, para que se fortalezcan en habilidades para la vida con formación del ser “para lograr competencias en comunicación, que puedan trabajar en equipo y trabajar en comunidades y además quedan habilitados para ser formador de formadores”, detalló la directora de la fundación.
Estos programas se dictan con prácticas internas, donde los estudiantes tienen la oportunidad de vivir por el lapso de varios días al interior de Panaca y así poder recibir más de 600 horas de formación.
“Queremos que el campesino vuelva a su cultura agropecuaria a que no solamente siembren café sino también su pan coger y que así no tenga que volver a comprar huevos, tomates y cebolla”.
El programa gratuito es exclusivo para personas que vivan en la ruralidad colombiana o para personas que hayan estado inmersas en el campo y tengan vocación agropecuaria.
Una experiencia que lleva a los participantes a conocer todo sobre la cosecha de alimentos de temporada teniendo como punto de partida los métodos de cultivo y el tiempo para su cosecha.
Sentir la tierra en las manos para entender el papel del campesino y su profunda importancia en la alimentación de los colombianos.
Es por ello que en medio del territorio Panaca se escuchan los llamados de los campesinos, y es uno de ellos, el de don Julián, el que hace vibrar a quienes lo escuchan y comprenden que es el llamado del campo, de lo esencial, de la tierra.
“La parte técnica es desde lo simple, lo sencillo, desde el hacer y en el campo es que buscamos a esos líderes con los que esperamos fortalecer el campo colombiano y llegar a transformar su territorio”.
Sumado a esto, hay un espacio muy especial en La Remesa, un proyecto que brinda a los colaboradores de Panaca y a los turistas, el acceso a productos que se cosechan dentro del territorio, bajo parámetros de calidad y buenas prácticas de manejo, aportando al rol de la soberanía agroalimentaria y la permacultura, mostrando al país un modelo de trabajo aplicable a diferentes empresas y sectores.
“Estas formaciones no tienen costo para los estudiantes porque lo que hacemos es trabajar con cooperantes que nos apoyan en estas capacitaciones. Aquí no hay un tablero, no es un salón de clases son aulas vivas en entornos reales”, aseguró Cuéllar.
Actualmente hay una oferta de cursos en turismo rural, lechería tropical, autogestión agroalimentaria, entre otros dirigidos también a poblaciones en condición de discapacidad.
Avistamiento de aves
El objetivo de esta actividad es introducir a los visitantes en la observación de aves a través del juego, la observación directa y reflexiones de la relación del hombre con la naturaleza.
Una aventura que llevará a los asistentes a descubrir a través de un “kit pajarero” aves escondidas dentro del sendero para despertar la curiosidad y los sentidos. Además se llevarán una experiencia mágica que permite el encuentro con el “Místico del bosque”, para conectarse con el aire y sus aves.
Aprender a hacer queso en Panaca
Y esta historia inicia en la alimentación de las vacas, que es producida por Agroindustria Panaca y les brinda grandes beneficios. Luego se realiza un ordeño respetuoso y con todos los cuidados para extraer la leche que servirá de base para hacer un delicioso queso.
Esta exquisita combinación de leche, cuajo, sal y calor que se realiza en la planta de transformación de lácteos Panaca, lleva a la mesa uno de los productos más tradicionales. Un momento para conocer de primera mano cómo se hace el queso cuajada, el mozzarella, ricota y quesillo, entre otros.
Y cada mañana, los turistas podrán disfrutar de una envidiable vista de la Fábrica de Nubes en el mirador de Panaca, donde podrán acceder a sesiones de yoga para desconectar su mente e internarse más a fondo con su ser natural en esta inolvidable experiencia para los sentidos.
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La cifra: Más de 7 mil campesinos de todos los departamentos del país se han capacitado en Panaca con sus programas educativos.