Cuando pensamos en esta época decembrina, la compañía y el reencuentro hacen parte de la celebración: el hijo ausente vuelve a casa, llegan nuevos integrantes a la familia o se conmemora a ese ser querido que ya no estará más en este mundo.
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Sin embargo, en otros casos, navidad y año nuevo, transcurre en soledad. Tal es el caso de 60 adultos mayores habitantes de calle que en este mes, fueron reunidos para compartir en el comedor ‘María es mi Madre’, de la Fundación Proyecto Unión.
Un espacio por cerca de dos horas para compartir un almuerzo, reír, vivir la fiesta de manera diferente, y sobre todo, con alguien más a quien saludar, mirar y compartir anécdotas.
Y es que un estudio realizado en la Universidad Javeriana, publicado en 2020 y elaborado por la Magíster en Epidemiología, Claudia Marcela Camargo; y el médico especialista en Medicina Interna, Diego Andrés Chavarro, concluyó que el sentimiento de soledad representa una prevalencia del 20% al 40% en la población adulta mayor, debido a situaciones de abandono, duelo y adaptación del rol. “Los factores asociados con esta condición son edad avanzada, ser mujer, ausencia de pareja y un bajo nivel educativo”, concluye el estudio.
Asimismo, la investigación señala que no solo los efectos de la soledad se ven reflejados en el incremento de enfermedades crónicas no transmisibles, como debilidad del sistema inmunológico, problemas cardiacos o digestivos y problemas en el patrón del sueño, entre otras; sino también en la dimensión psicológica: baja autoestima, depresión, alcoholismo o suicidio.
“El 24 y el 31 de diciembre más que todo me encierro. Hago un retiro espiritual en mi habitación. Oro mucho. Y me acuesto temprano. Es un poco triste, un poco compleja la soledad. Pero Dios nos ayuda a sobrellevar las cosas y los golpes de la vida (...) Si me gustaría que algo cambiara en estas dos fechas”, narra Ana Elsi, una vendedora ambulante de 56 años que trabaja desde la madrugada hasta la noche, “para evitar el cobro de los servicios” en su pequeña habitación ubicada en el barrio Las Cruces.
La publicación indica que este sentimiento de soledad, está más presente en las mujeres, ”pues estas les dan mayor importancia a las pérdidas que ocurren en este transcurrir vital, aparte de que están expuestas a la viudez y al abandono por parte de los hijos”.
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Tal es el caso de Yamile Sanzur González, de 54 años, que vende bolsas de basura para pagar su pieza y vive con seis perros que son como sus hijos. “No hago nada en Navidad y Fin de Año. Me encierro con mis animales. Y me acuesto a las 4:00pm. Lo paso triste. Ya para mí no hay nada diferente (...) Cuando mi mamá murió, nos separamos con mis hermanos. No me llaman. Tampoco me escriben. No se nada de ellos”, llora al recordar la ausencia de su madre en estas fechas.
Es así, como la Magíster en Epidemiología, Claudia Marcela Camargo; y el médico especialista en Medicina Interna, Diego Andrés Chavarro, “recomiendan considerar programas de prevención de la soledad con mejores metodologías de abordaje, que promocionen un envejecimiento saludable no solamente en la vejez, sino en edades tempranas; así como actividades que contribuyan a mejorar la capacidad funcional, la percepción propia y el mantenimiento de la salud en escenarios de integración y escucha activa”.
Así fue la entrega de regalos a los adultos mayores
La Fundación Proyecto Unión, nació en 1999, con el objetivo de atender las necesidades de niños y adultos mayores habitantes de calle. En esta última población, en el comedor comunitario que disponen ubicado en el barrio Belén, al centro de la capital, les brindan diariamente de lunes a viernes, 120 desayunos y al menos 180 almuerzos.
Asimismo, cuentan con otra sede, ‘Casa de la Esperanza’, en Las Cruces, dónde albergan a más de 40 adultos mayores, entre los 65 y 80 años, que antes dormían en las calles.
“Nosotros actuamos como los amigos de ellos. Como su familia. Sabemos que muchos de ellos fueron abandonados. Pero no nos ponemos a pensar que hicieron durante su vida. Les ofrecemos un techo. Un plato de comida”, aseguró Mauricio Quintero, integrante de la Oficina de Desarrollo Institucional de la Organización sin ánimo de lucro.
Alterno a estos dos programas permanentes, Proyecto Unión también les brindó un espacio de almuerzo, compartir y regalos, el pasado 21 de diciembre. “Estoy muy agradecida. Nos calman el hambre con un platico de sopa. Esta ropita, el calzado, todo nos lo dan. Me siento feliz. Estos momentos para mí yo los disfruto. La paso demasiado rico. Participo y aplaudo”, narró feliz, Ana Elsi.
Durante la integración de Navidad, la empresa, Coca Cola donó a la Fundación Proyecto Unión, cerca de 40 mil dólares, para asegurar por 10 meses en 2023, 64.0000 platos de comida (25.000 desayunos y 40.000 almuerzos) para la población adulta mayor en condición de calle.
Asimismo, para la Fundación Poca Lana, brindaron cerca de 200 mercados para familias vulnerables del barrio Mochuelo Bajo; recicladores y habitantes de calle.