Una trágica cadena de hechos rodea a Marianne Bachmeier, popularmente llamada la ‘mamá vengadora’, que terminó asesinando al delincuente acusado de la violación y posterior asesinato de su hija, Anna, de siete años.
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Marianne vivió una compleja vida en Alemania llena de embarazos no deseados producto de la falta de educación sexual y también del abuso sexual, por lo que fue obligada en varias ocasiones a dar en adopción a los bebés que tuvo, lo que no sucedió finalmente con su hija Anna en el año 1973.
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En el año 1980 se dio la terrible violación y posterior asesinato de su hija, presuntamente, en manos de Klaus Grabowski, quien hasta el momento de su muerte permanecía en juicio por este hecho de sangre, además de tener encima un arresto por violación y asesinato de dos niñas más. Grabowski sedujo a la pequeña Anna con dejarla jugar con sus mascotas si ella iba a su casa, pero lo que parecía una inocente actividad terminó en la terrible tragedia.
Grabowski abusó sexualmente de la niña y además se encargó de meter el cadáver cerca a un canal en esta localidad de Sarstedt, en Alemania. Sin embargo, el mismo día en el que ocurrió todo terminó confesando su crimen a su novia, quien a su vez lo denunció ante las autoridades.
La historia de Grabowski terminó cuando fue Marianne, la mamá de la pequeña Anna, llena de ira y rencor, decidió acabar con su vida justo cuando empezaba una de las audiencias en su contra a lo largo del proceso judicial. Las autoridades señalan que el asesinato fue premeditado ya que un año antes la mujer había comprado una pistola Beretta M1934.
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El viernes 6 de marzo de 1981, Marianne entró al juzgado con un abrigo en el cual ocultó el arma, apresurada y con ansiedad, rápidamente avanzó a la sala de audiencias, en donde frente a periodistas, abogados, testigos y el juez, le disparó en varias ocasiones. Fueron siete disparos los que Grabowski recibió y un octavo iba dirigido hacia su cara, pero se quedó atascado en la pistola.
Por este hecho de sangre, Marianne fue enjuiciada por homicidio y confesó que entró en un estado de ‘trance’ por el crimen de su hija, pero las autoridades la juzgaron por lo premeditado de su crimen. Finalmente, fue condenada a seis años de prisión y solo cumplió la mitad. Posteriormente, se mudó a Nigeria en el año 1990 y posteriormente a Italia, en donde finalmente murió, en el año 1996, mismo en el que fue sepultada justo al lado del mausoleo de su pequeña Anna.