Luego de que el dictamen de Medicina Legal, concluyera que Juan Pablo González, señalado abusador sexual de la menor de 17 años, Hilary Castro, falleciera producto de múltiples golpes, la Policía Nacional anunció que suspendió e iniciará investigación disciplinaria contra cinco uniformados.
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Ahora, Revista Semana, conoció detalles sobre cómo González habría sido torturado en la celda número cuatro, dónde permanecía junto a 80 internos más, en una URI de Puente Aranda, que, según la Fiscalía, cuenta con un 150 % de hacinamiento.
“Lo tiraron al piso y estas seis personas, al mando de alias el Tío, alias Derby y alias Junior, lo cogieron a patadas… Alias Blacho, que es el más sanguinario de todos, le saltaba en las costillas hasta partirlas, y alias Jeferson le pisaba la cabeza a Juan Pablo”, indicó el testimonio.
Toda esta agresión, dice, en complicidad con los custodios. Pues la orden habría sido dada por ‘Los plumas’, y debía ser obedecida por los policías.
“Apenas entró lo pasaron a la celda cuatro, cuando todos los detenidos deben pasar mínimo cuatro días en la celda ocho, que es la transitoria (...) El que siempre hace eso es un custodio de apellido López”.
La razón de esta brutal agresión física y presunta no protección por parte de los custodios, que no permitió que González tuviera un proceso judicial y Hilary una reparación, se habría dado como parte de una rutina para personas procesadas por delitos sexuales.
La declaración del testigo a Revista Semana finalizó, narrando que Juan Pablo fue llevado al baño para rociarle agua, con el objetivo de que despertara. Pero allí se desmayó.
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‘Los plumas’, integrado por seis delincuentes, lo sacaron y lo dejaron en la mitad de la celda. Llamaron a los custodios y estos se lo llevaron.
El abuso sexual del que fue víctima, Hilary
De acuerdo con su testimonio, en la noche del 31 de octubre, se bajó de un bus de Transmilenio en la estación La Castellana, cuando hombre la amenazó con un arma blanca y en primer lugar le dijo que le entregara todas sus pertenencias.
No contento con esto, la llevó amenazada e intimidada, fuera de la estación y la obligó a que le realizara sexo oral, en contra de su voluntad.
Horas después de su abuso, llamó a la línea de emergencias 123, dónde le dijeron que “el caso no es una emergencia”, pues no estaba pasando en ese momento. Luego se dirigió con su madre a la URI de la 38, donde le dijeron que no podían atender su caso porque era menor de edad.
Trasladándola a otra Unidad de Reacción Inmediata, esta vez en la Carrera 30 con Calle 12, dónde tampoco atendieron su caso, argumentando que el abusador era mayor de edad.
No fue hasta que Hillary realizó la denuncia en su Instagram y se volvió viral, que las autoridades no pusieron atención en su caso, reconociendo fallas en el proceso. “Los hechos ocurridos debieron ser tratados como un acto urgente desde el primer momento en el que se conoció el caso en la unidad de reacción inmediata de la Fiscalía”, indicó la Secretaría de la Mujer.