Los feminicidios y crímenes en razón del género en Colombia no dan tregua y le recuerdan a las mujeres en el país que no hay espacio en el que se pueda estar completamente segura. Paula Restrepo, de 18 años, fue vilmente asesinada en Andes, Antioquia, el pasado 4 de noviembre por un caficultor que abusó sexualmente de ella y la agredió hasta asesinarla. Días atrás, el 28 de octubre, María Angélica Valencia fue encontrada en condiciones realmente consternantes, pues fue asesinada y decapitada, presuntamente por su pareja. La comunidad no sale del asombro y las mujeres cordobesas gritan por estos crímenes más fuerte que nunca.
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El asesinato de la estilista María Angélica Valencia se conoció y dio la vuelta al país tras el hallazgo de la cabeza de su cadáver a orillas del río Sinú, a la altura del municipio de San Pelayo. El crimen de odio ha consternado a su comunidad del barrio Los Garzones en la ciudad de Montería y al país entero.
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El feminicidio fue rechazado por el comandante de la Policía Metropolitana de Montería, Gabriel García, quien explicó que las autoridades realizan las debidas investigaciones para poder hallar a la persona responsable de este nuevo hecho se sangre que enluta a las mujeres y familias del departamento.
De igual forma, se conoció que la mujer ya había sido reportada como desaparecida en su comunidad. Pero el hallazgo de su cadáver levantó todas las sospechas para con su pareja, pues su paradero es desconocido. El hombre fue identificado como Bladimir José Pérez, un militar pensionado y el sábado pasado fue el primero en interponer el denuncio de la desaparición de la estilista ante la Fiscalía. Después de eso, el hombre huyó de las autoridades y nunca más regresó a su casa, ubicada en el barrio Los Garzones, en donde habría asesinado a la mujer.
En las investigaciones la Policía confirmó que en la parte de atrás de la casa encontró rastros de que habían arrastrado un cuerpo pesado. También encontraron un trapero con mucho detergente y olor a cloro.
Publimetro Colombia habló con Yulieth Guzmán, representante de la Corporación Red de Mujeres por la Paz de Córdoba, sobre este caso y los demás que han venido azotando a las mujeres del departamento.
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¿Qué más se ha sabido del caso de Maria Angélica desde la triste noticia?
Es muy poco. Sabemos que las autoridades están tratando de ubicar al esposo que es el primer sospechoso de este aberrante acto y que aún persisten buscando restos de su cuerpo, para poder hallar los restos completos. Es muy triste y lamentable toda esta situación.
¿Cómo recibieron en red departamental la noticia de su asesinato?
La Red Departamental de Mujeres ha sido muy triste recibir esta noticia, porque vemos con preocupación que los crímenes y feminicidios en contra de las mujeres van al aumento y las autoridades no hacen nada. Todo queda impune y una más. Entonces es preocupante.
Sabemos que se tiene información de que su pareja es el principal sospechoso y que a parte es exmilitar ¿Las Fuerzas Militares en el territorio se han pronunciado?
Tanto la Policía como toda la Fuerza Pública guardan total silencio en este aspecto, nadie dice nada. Pero sí estamos desde las organizaciones de mujeres presionando a la Fuerza Pública para que se de con el paradero de este responsable.
Son alarmantes las cifras, este año ya pasamos las 30 mujeres víctimas de feminicidio y nadie hace nada. Sobre todo las lideresas vemos con preocupación porque nuestras amenazas e intimidaciones han aumentado. Todas nos encontramos en estado de ‘shock’, pero a la vez de silencio, de callarnos, porque le tememos a la muerte. En el departamento de Córdoba no hay garantías para garantizarnos una vida a las mujeres libre de violencia.
— Yulieth Guzmán, lideresa social y representante de la Corporación Red de Mujeres por la Paz de Córdoba
¿Cuáles son las principales dificultades que tienen las mujeres para solicitar ayuda en casos de violencia de género?
Las mujeres nos sentimos muy vulneradas porque en los casos de violencia que se dan la institucionalidad no responde. Las rutas de atención se activan pero no se culpen, nadie asume su responsabilidad y finalmente, sobre todo las víctimas de violencia de género terminan vulneradas, en el caso de las medidas de atención que se deben brindar a las mujeres por la Ley 1257, estas medidas no se aplican. Muchas veces las víctimas tienen que volver al hogar son sus victimarios y cuando sucede el feminicidio entonces allí sí aparecen y sacan pecho diciendo que ahí están para protegernos. Pero la realidad es con no son garantías para nuestros derechos.
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¿Qué dice la Gobernación sobre este caso y qué medidas ha anunciado para detener esta violencia? ¿La institucionalidad le ha dado un adecuado trámite a las denuncias?
Para ellos es como si fuera normal. Eso no los toca, no hacen nada. Buscamos espacio en la Mesa Departamental de Mujeres y no... Se hizo un consejo de seguridad para otra cosa menos para averiguar sobre este caso de María Angélica. Realmente la mayoría de denuncias que hacemos las mujeres quedan impunes, entonces muchas optan por no hacer nada y quedarse calladas.
¿Cuál es el llamado que hacen las mujeres de Córdoba a propósito de este y otros feminicidios que se han dado?
Nosotras desde la Mesa Departamental de Mujeres estamos haciendo un llamado para convocar un plantón y que venga a Córdoba el orden nacional, aprovechando que tenemos este Gobierno, que habla de equidad de la mujer, para ver si finalmente le ponen un ‘tatequieto’ a estas instituciones como Fiscalía, CTI, Gobernación, Secretario del Interior, y caigan en cuenta de que no prestan ni garantizan los derechos de las mujeres. Tampoco se realizan las campañas respectivas para que las mujeres tengamos una vida libre de violencia. Los machismos arraigados continúan y es muy poco lo que se hace para prevenir las violencias en el departamento.
Son alarmantes las cifras, este año ya pasamos las 30 mujeres víctimas de feminicidio y nadie hace nada. Sobre todo las lideresas vemos con preocupación porque nuestras amenazas e intimidaciones han aumentado. Todas nos encontramos en estado de ‘shock’, pero a la vez de silencio, de callarnos, porque le tememos a la muerte. En el departamento de Córdoba no hay garantías para garantizarnos una vida a las mujeres libre de violencia.