Después de la captura de seis personas por la desaparición del niño Maximiliano Tabares Cano, incluyendo la mamá, el padrastro y su abuela, las autoridades han revelado otros aterradores hallazgos pertenecientes a la secta Los Carneros, tal como se haría llamar el grupo liderado por el padrastro del menor, dedicados a la satanería y la guaquería, en Segovia, Antioquia.
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Sorprendidas han quedado las autoridades tras encontrar en la vivienda de la abuela de Maximiliano, en el municipio de Remedios, muñecos de santería y decenas de libros dedicados a la magia negra.
Entre los títulos se halló el Libro de Cipriano, asociado a magia negra, adivinación y un catálogo de demonios con sus nombres y oficios y decenas de operaciones y conjuros para conseguir poderes y riquezas.
Otro de los hallazgos, que aterró a la Policía, fue el de un muñeco vudú con una especie de rostro infantil dibujado. Además había cientos de botellas con diversos contenidos. Hasta el momento Maximiliano sigue desaparecido y en el municipio de Remedios y en Segovia rezan porque regrese con vida.
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¡Aterrador! Muñecos vudú que hallaron en la desaparición de Maximiliano
La Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación a través del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), realizó 6 diligencias de registro y allanamiento en los municipios de Segovia y Bello (Antioquia), con el fin de dar captura a 6 personas que, presuntamente, están relacionadas con la desaparición de Maximiliano en el corregimiento La Cruzada, en jurisdicción de Remedios.
Los hechos investigados por la Unidad Básica de Investigación Criminal (DIPRO), fueron reportados el pasado 21 de septiembre por la mamá del menor de edad, quien, al parecer, por no levantar sospechas con sus vecinos, elevó una denuncia por la desaparición de su hijo.
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En desarrollo de la investigación se pudo constatar que varios miembros del núcleo familiar, entre ellos la propia madre del niño, la abuela junto con su compañero sentimental y el padrastro del niño hacían parte de una secta conocida como ‘Los Carneros’, que además de prácticas esotéricas se decía a al negocio de la minería. El padrastro sería justamente el líder de la secta, y al parecer impartía órdenes y ejercía control sobre los demás.
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Entre los capturados también se encuentra un hombre conocido como ‘Orejas’, quien presuntamente visualizaba “espíritus” y trasmitía al líder las peticiones que estos le hacían. Este hombre y su pareja, también capturada, residían como inquilinos en el mismo domicilio del niño desaparecido.
Gracias a un trabajo de policía judicial que incluyó interceptación de comunicaciones, reconocimiento fotográfico, entrevistas, verificación de medios técnicos, dictamen médico legal y elementos materiales probatorios adicionales, los investigadores pudieron concluir la presunta participación y coautoría de los capturados en la desaparición del menor de edad.
Adicionalmente, el testimonio de un exintegrante de ‘Los Carneros’ permitió establecer una posible relación directa entre los intereses de la secta para encontrar oro a través de “espíritus” con la desaparición del niño.
Los capturados fueron puestos a disposición de autoridades judiciales por los delitos de desaparición forzada, tortura agravada, concierto para delinquir, lesiones personales y encubrimiento por tortura.