Tras la polémica que surgió en el país por una millonaria compra que hizo el DAPRE para acondicionar las habitaciones de la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro salió a justificar el gasto y mostrar con fotos el estado en el que recibieron varios espacios. Sin embargo, luego de sus palabras, varios colombianos aseguraron que quedaron inconformes con la explicación, pues se contradice con los dicho por Mauricio Lizcano, director del DAPRE.
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A través de Twitter, el mandatario aseguró que él y la vicepresidenta Francia Márquez quisieron que todas las personas del servicio que trabajan en Presidencia estuvieran en las mismas condiciones que la familia del presidente.
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“¿Sabían que compra de colchas cobijas y sábanas tenía como uno de sus propósitos que las personas del servicio tuvieran las mismas comodidades que los huéspedes en el Palacio de Nariño?”, dijo el presidente en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, esa no fue la explicación que entregó Lizcano un día antes, cuando dijo que “luego de una solicitud de la Jefe de Casas evidenciando necesidades urgentes para el correcto funcionamiento de estas (se recibieron sin sábanas, sin cortinas o sin colchones), el Dapre tomó la decisión de adquirir los productos a través de la plataforma Colombia Compra Eficiente”.
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Entonces, los colombianos resaltaron las contradicciones entre las dos versiones: mientras uno decía que recibieron las habitaciones sin sábanas, ni colchones ni cortinas, el otro mostraba fotos de estos elementos.
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Finalmente, lo que dijo el presidente Petro este martes es que “el costo de rehabilitación de las casas de huéspedes en que efectuó mi Gobierno es diez veces más bajo que en el 2014 y tres veces más bajo que en el 2018. Ningún bien comprado pertenece al presidente, son inventariados y hacen parte de los bienes públicos de la Nación”.
Para Daniel Briceño, el abogado y politólogo que denunció en su cuenta de Twitter la compra, “esta respuesta es una burla para el país. Esta versión es completamente distinta a la de Mauricio Lizcano y además contradictoria. Aquí no hay autocrítica y salen a justificar lo que no tiene justificación. Debería darles vergüenza creer que los colombianos son tontos”.