Gustavo Petro fue muy crítico en su discurso ante la Asamblea de la ONU, refiriéndose al “fracaso de la guerra contra las drogas” y “la lucha contra la crisis climática”, asegurando que en los últimos 40 años no ha cambiado nada, y que si “no se corrige el rumbo”, esto podría extenderse otras cuatro décadas.
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“La culpable de la adicción a las drogas no es la selva, es la irracionalidad de su poder mundial”, aseguró el mandatario colombiano.
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Petro, quien enfocó sus críticas en su discurso a la destrucción de la Selva Amazónica y como la sobreexplotación de esta por intereses privados, ha contribuido a una crisis ambiental que parece no tener final. Además, remarcó que “por ocultar la verdad, verán morir la selva y las democracias”.
Y es que la guerra contra las drogas, según indicó el presidente colombiano, “ha producido un genocidio” en América Latina y en Colombia, condenando a millones de personas, con alguno tirándole la responsabilidad a la selva “para ocultar sus propias culpas sociales”.
“Yo demando desde aquí, desde mi Latinoamérica herida, acabar con la irracional guerra contra las drogas. Disminuir el consumo de drogas, no necesita de guerras, necesita que todos construyamos una mejor sociedad, una más solidaria, más afectuosa y en donde la intensidad de la vida salve de las adicciones a las nuevas esclavitudes”, dijo el mandatario en su discurso.
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Además, Petro aprovechó para tirarle puyas a las políticas estadounidenses que han estado vigentes durante casi medio siglo, desde las cuales se ha realizado una ‘cacería de brujas’ en América Latina persiguiendo la cocaína, pero no han enfrentado la problemática interna que tiene el país del norte con otro tipo de sustancias duras.
“En los próximos 40 años, Estados Unidos verá morir de sobredosis a 2′800.000 jóvenes por fentanilo [opioide similar a la morfina, pero 50 o 100 veces más fuerte], que no se produce en América Latina. Verá a millones de afros norteamericanos ser apresados en sus cárceles privadas. El afro preso se convertirá en negocio de empresas carceleras. Morirán asesinados un millón de latinos más; nos llenarán de sangre nuestras aguas y nuestros campos verdes, verán morir el sueño de la democracia”.