Un terrible caso se ha conocido en los últimos días en el municipio de Chía, luego de que un menor de edad, de 2 años, Ángel Ahumada, murió el pasado 30 de agosto luego de una terrible golpiza que le habría propinado su propio padrastro.
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El informe preliminar tras el fallecimiento del menor indicaba que murió luego de haber sido llevado al Hospital Municipal en graves condiciones de salud, al parecer, con signos de maltrato. Desde allí, se aperturó una investigación con la cual pretendían esclarecer los hechos, pero los detalles que encontraron son realmente consternantes.
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¿Qué detalles dieron a conocer los testigos de este caso?
Días después, la Policía confirmó la captura de quien sería el padrastro del menor, Brayan Emilio Ramírez, de 26 años, en su lugar de residencia en el municipio de Chía. El director seccional de Cundinamarca de la Fiscalía, José Manuel Silva, confirmó el escabroso hecho y explicó que el menor habría terminado brutalmente asesinado porque no controlaba esfínteres y se defecó en varias ocasiones.
“Era víctima de un ciclo continúo de violencia. (...) Tiene serias manifestaciones de violencia en diferentes partes de su cuerpo. Hecho que fue corroborado por la progenitora, quien permitió reconocer que su pareja sentimental era el responsable de las agresiones”, dijo a Caracol Noticias el director seccional Silva. Finalmente, y tras reportes de Medicina Legal, se determinó que el menor de edad, de 2 años y 10 meses, murió por un golpe propinado en la parte occipital de la cabeza.
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Tras las investigaciones también se habría podido conocer que no era la primera vez que el niño no podía controlar sus esfínteres, pues el día previo a su muerte, el menor había recibido maltrato brutal por parte de este hombre porque se habría defecado en un tapete, fue atacado y lesionado gravemente en su mano, además de que le fue restregada su propia materia fecal en su cara.
El caso repudiable también sacó a la luz que el menor de edad recibía maltrato constante y que su mamá sabía que el indicado maltrataba a su hijo, además de que el niño manifestaba un constante temor hacia el hombre que habría terminado asesinándolo. Luego de los hechos se conoció que el hombre no aceptó los cargos que le imputó la Fiscalía, por homicidio agravado y violencia intrafamiliar. Sin embargo, un juez le dictó medida de aseguramiento en centro carcelario mientras avanza el proceso.