En el marco del caso contra su hija, Aída Victoria Merlano, la excongresista Aída Merlano señaló varias confesiones, dentro de las cuales incluyó los múltiples beneficios que tuvo cuando estuvo presa en Colombia. Además, la excongresista destapó algunos de los momentos previos a su fuga y todo el plan que se orquestó al interior de la cárcel para que ella pudiera escapar.
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La excongresista, prófuga de la justicia y condenada por corrupción electoral por la Corte Suprema de Justicia reconoció varios de los privilegios que tenía como prisionera en la cárcel El Buen Pastor, de la ciudad de Bogotá, a donde señaló que entró celulares, ropa, zapatos y otras pertenencias que son consideradas como lujos al interior de ese centro penitenciario.
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Sus declaraciones fueron brindadas en una nueva audiencia del caso que se adelanta contra su hija y el odontólogo Javier Guillermo Cely, quienes son acusados de ayudarle con su fuga. En la audiencia, la mujer, quien declara desde Venezuela, desde donde se mantiene prófuga, aclaró además momentos previos a su fuga cuando asistió a la cita odontológica. Incluso, su relato lo remontó semanas atrás, pues contó que una semana antes le arrojaron una soga al interior de su celda, la misma que aparece en el video que fue difundido en medios de comunicación, en donde se le ve saltando cinematográficamente desde la ventana.
Además, al interior del centro penitenciario incluso habría tenido una videollamada con ‘Salvador’, el hombre que la habría ayudado en su plan de fuga y que le habría indicado, paso por paso, como huiría de aquel consultorio y posteriormente hacia Venezuela, en donde aún permanece.
“Me mostraron planos, que izquierda y derecha, que yo no entendí muy bien porque en los planos me mostraban direcciones y la dirección del centro odontológico”, dijo la mujer sobre el plan que orquestaron para ella. Dentro de sus graves declaraciones también estuvo la alusión directa a que dragoneantes de la cárcel la ayudaban y le daban un trato diferente, pues no la requisaban ni ejercían ningún tipo de control sobre ella, porque lo que siempre recibió un trato privilegiado, según admitió al principio de la audiencia contra Aída Victoria Merlano.
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En la audiencia, citada por El Tiempo, la mujer reiteró que sus hijos nunca supieron de su plan de fuga, pero sí admitió que avisó a su padre y le pidió que a penas sucediera, le explicara a su familia. Además, Merlano contó que pensó en hacerse matar si su fuga no salía bien y que se lo manifestó a su padre antes de huir en medio de la cita odontológica.
“Antes de que tomara la decisión de la fuga estaba desesperada (...) Hablé con mi padre y él me preguntó que qué posibilidad había de que la fuga tuviera éxito y le respondí que había una posibilidad del 80 por ciento y un 20 por ciento de que me cojan, pero a mí no me van a agarrar, entonces hay un 20 por ciento de que me encuentren muerta, si no me puedo fugar me voy a hacer matar, prefiero estar muerta que volver a la cárcel”, fueron sus palabras.