La espada de Bolívar fue el elemento de la última discordia del gobierno del expresidente Iván Duque y la primera orden presidencial de Gustavo Petro en su acto de posesión. Pero, más allá de este cruce de órdenes, es una pieza histórica con mucho simbolismo para Colombia y para el nuevo mandatario.
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El saliente gobernante se negó a prestarla para el acto de cambio de mando, aduciendo razones de seguridad, pero el nuevo presidente de Colombia ordenó llevarla a evento. Se convirtió en una especie de nuevo ‘Florero de Llorente’ que confrontó a dos clases políticas y que marca también un cambio al tener el primer gobierno de línea de izquierda en la historia del país.
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La importancia de la espada de Bolívar en Colombia
Al haber pertenecido al libertador de nuestro país, Simón Bolívar, es una pieza histórica de gran valor, pero hay un hecho que le dio gran trascendencia y fue cuando fue robada por el grupo guerrillero M-19, el mismo del que formó parte el hoy presidente Gustavo Petro.
Es por este hecho que marcaba gran trascendencia y simbolismo que estuviera presente en el día que se posesionaba ante los colombianos.
El M-19 se robó la espada de Bolívar
Data la historia que, en la noche del 17 de enero de 1974, el extinto grupo guerrillero se apoderó de la pieza en la Quinta de Bolívar en un acto que causó gran revuelo y que con la disputa de órdenes entre Duque y Petro volvió a tener gran relevancia.
Durante varios años el paradero de la espada de Bolívar fue una incógnita, incluso hay versiones encontradas que dicen que la pieza actual no es la original que estaría en territorio venezolano, pero lo puntual es que con la desmovilización del M-19 en 1991 la misma fue regresada al gobierno.
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Desde esa época la espada se encontraba en el Banco de la República y en el año 2020 el expresidente Iván Duque ordenó trasladarla a la Casa de Nariño. ¿Quién diría que para anteceder la llegada de Petro?
Con el cambio de mandato oficializado, la primera orden de Gustavo Petro fue que la espada fuera trasladada a la Plaza de Bolívar para ser observada por todo el pueblo. Sí, ese símbolo que fue un trofeo de guerra para el M-19 que lo tuvo en sus filas, ahora se convirtió en un nuevo estandarte del cambio político que empieza en Colombia.
En su discurso, el nuevo presidente de Colombia no dejó pasar por alto la llegada de la pieza y apuntó “esta espada para mí es toda una vida, una existencia. Representa mucho para nosotros y quiero que nunca más esté enterrada u oculta. Que sea del pueblo. Es la espada del pueblo y por eso la queríamos aquí”.