‘Ruta Futuro’, fue una de las apuestas iniciales del gobierno saliente, en la cual tenía como objetivo la lucha contra el narcotráfico. Abordando desde el consumo de drogas hasta la reducción de la plantación de coca.
PUBLICIDAD
Para 2018, según la Oficina para la Política Antidrogas de la Casa Blanca, Duque recibió 209.000 hectáreas de sembradíos y 921 toneladas de cocaína. Cuatro años después deja a Gustavo Petro, 234.000 hectáreas. Un aumento del 11,11 %.
Ahora, cuatro años después, según el Área de Erradicación Cultivos Ilícitos de la Policía, la erradicación manual fue el método más utilizado, con un aumento significativo en 2019 (26.820), a comparación de la aspersión terrestre ese mismo año (21.074).
“Llama la atención que un programa que el Gobierno Nacional reporta con tales porcentajes y cifras de éxito, cumplimiento e inversión, no sea la estrategia en la que se centren los esfuerzos orientados a no solo reducir el número de hectáreas de cultivos de hoja de coca, sino a asegurar alternativas económicas para las familias que han expresado su voluntad e interés de sustituir sus cultivos”, aseguró en un informe Elementa DD.HH
Según Diego Molano, ministro de Defensa, entre 2018 y 2022 se erradicaron 391.947 hectáreas sembradas con matas de coca. Se destruyeron 20.722 laboratorios y se incautaron 2.071 toneladas de cocaína.
Cuenta de ello, habla el documento del pasado 14 de julio, entregado por la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas (ONDCP) de EE.UU., en el que aseguran que se redujo el 4,7 % de las hectáreas de coca sembradas. Es decir se pasó de 245.000 hectáreas en 2020 a 234.000 en 2021.
Te puede interesar: Mientras abucheaban a Iván Duque, Santos estaba en una isla entregando una maleta de la paz
PUBLICIDAD
Sin embargo, hay organismos internacionales que difieren de esta cifra. La Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (Onudd), aseguró que Colombia continúa siendo el país con más cultivos de coca. Pues 6 de cada 10 hectáreas sembradas en el mundo, se encuentran en el territorio nacional.
“Es necesario que el nuevo gobierno no solo cumpla con lo acordado en el Acuerdo de Paz, sino que reconozca la importancia de cambiar el enfoque de las acciones y de que estas se construyan integralmente, con proyección a largo plazo, con la participación de las comunidades, atendiendo diferencialmente a las necesidades de cada territorio, de la mano de la reforma rural integral y considerando el panorama internacional de regulación de mercados. Dejando de creer que el uso de la fuerza es la herramienta y, esto incluye, descartar completamente la fumigación aérea con glifosato”, es una de las observaciones y retos por parte de Elementa DD.HH