La Policía Antinarcóticos recibió hace unos días una llamada en la que denunciaban que dos volquetas habían partido con rumbo a Bogotá cargadas de cocaína.
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Si bien las autoridades realizaron controles esporádicos en la vía Panamericana, solo fue hasta que llegó a la capital que pudieron dar con los automotores en cuestión, tal como indicó El Nuevo Siglo.
Fue en la localidad de Fontibón, donde luego de varias pesquisas en parqueaderos del occidente de Bogotá, la Policía dio con los automotores en cuestión. El diario antes mencionado asegura que las autoridades indagaron con los administradores del lugar y vecinos del sector sobre los propietarios de las volquetas, pero no lograron encontrar nuevas pistas.
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En la primera inspección no encontraron nada raro en los vehículos, e incluso llegaron a pensar que la llamada que les había dado la pista sobre el cargamento había sido falsa. Sin embargo, durante una segunda inspección efectuada por caninos antidrogas del aeropuerto El Dorado.
Black, uno de los perros que hicieron esta labor, indicó que se encontraba el cargamento cerca a la cabina. Si bien los uniformados verificaron nuevamente, no veían nada. Fue hasta que encendieron el motor de arranque para liberar el volcó, y con la ayuda de una máquina de corte pudieron abrir la cubierta de acero. Una vez hecho esto, aparecieron varias correas que al tirar de ellas dejaron caer varios paquetes rectangulares.
Una vez la policía realizó las pruebas de reactivos, se identificó que era clorhidrato de cocaína; se encontraron unos 1.110 paquetes, con un peso aproximadamente de 1.100 kilos.
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“Este es un importante resultado. Estamos observando que los narcos en su intento desesperado por transportar drogas ilícitas se valen de todos los métodos de ocultamiento, fracasando en cada experimento. Estamos adelante analizando, investigando y ejecutando acciones tendientes a reducir el tráfico, con esta incautación evitamos que más de 3 millones de dosis llegaran a los mercados de consumo en el mundo”, enfatizó el coronel Julio Ernesto Triana Vergel, jefe de la oficina de Interdicción de la Dirección Antinarcóticos.
Los investigadores determinaron que las volquetas viajaron desde el Valle del Cauca vacías, para que en los controles de básculas que se encontraran en la carretera no levantaran sospechas. Además, las autoridades descubrieron que los bloques de clorhidrato de cocaína se debían extraer tirando las correas a determinada altura para que se desplazaran hasta la compuerta y fueran fácilmente extraibles.