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Las claves del impuesto a bebidas azucaradas que reviviría con gobierno Petro

La próxima ministra de Salud, Carolina Corcho, puso el tema sobre la mesa, nuevamente

El impuesto a bebidas azucaradas en el país ha sido una discusión que por años se ha desatado, con propuestas en el Congreso de la República que hasta ahora no han prosperado. La ministra de Salud entrante, nombrada por el presidente electo Gustavo Petro, Carolina Corcho, ya dio señales de que este será un renglón más de la nueva reforma tributaria.

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Muchos alegan que es una buena forma de captar dinero de impuestos al mismo tiempo que se preserva la salud de los y las ciudadanas. Otros alegan que es un impuesto innecesario, pues son otras las causales de los problemas de salud de los y las colombianas.

Una lucha de vieja data

Recordemos que en el año 2016, cuando el ahora presidente saliente Iván Duque era senador de la República, se empeñó en oponerse al proyecto que pretendía ponerles impuestos a estas bebidas, argumentando los problemas de sobrepeso y obesidad respondían a otras prácticas que el consumo de las mismas.

Por el contrario, el ahora presidente expuso entonces que estos problemas de salud en el país se debían al alto consumo de sal, bajo consumo de frutas y verduras y un considerable consumo de carbohidratos.

¿Son las gaseosas las causantes del problema? Claramente no, son apenas el 3 % de las calorías promedio que consume un colombiano. Si miramos el universo de bebidas, son apenas el 11 % de las bebidas que consumen los colombianos diariamente”, afirmó Duque al respecto.

La OMS recomienda el impuesto a bebidas azucaradas

Cabe mencionar que la OMS ha recomendado a nivel mundial que la medida se implemente como una manera de imponerle un frente a enfermedades agravantes como la obesidad, la diabetes tipo 2 e incluso la caries.

“Si los gobiernos gravan productos como las bebidas azucaradas, pueden reducir los padecimientos y salvar vidas. También pueden reducir los costos de la salud y aumentar ingresos para invertir en servicios de salud”, recomendó Douglas Bettcher, quien para 2016, año álgido de este discusión, era el director del Departamento de Prevención de Enfermedades No Transmisibles de la OMS.

Incluso, la OMS ha argumentado que este impuesto puede reducir el consumo y que las bebidas y comidas altas en azúcares pueden ser la mayor fuente de calorías innecesarias en la dieta de las personas, particularmente en el caso de los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes, según como se afirma en su documento de políticas fiscales para la dieta y la prevención de enfermedades no trasmisibles.

Para el año 2016, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, quien ahora será ministro de Educación en el Gobierno de Gustavo Petro, había comentado que este impuesto se implementaría en a reforma tributaria y que recaudaría un monto superior a un billón de pesos, junto al impuesto al tabaco.

“Los impuestos saludables tienen una justificación conceptual que va más allá de la necesidad de recursos adicionales y es que están fundados en un principio básico de equidad: las personas que, por su cuenta de sus hábitos o comportamientos –respetados, por supuesto- demandan más recursos del sistema, deben pagar más”, argumentaba Gaviria entonces.

Nueva MinSalud revivirá necesidad de este impuesto

Ahora, la ministra de salud entrante, Carolina Corcho, ya afirmó que este sí será un punto dispuesto en la nueva reforma tributaria de Gustavo Petro, la más ambiciosa de todas, pues espera recaudar 50 billones de pesos, una cifra nunca antes recaudada.

Parte de la recaudación, entonces, provendría del cobro adicional que se le impondría a las bebidas azucaradas, según afirmó la ministra entrante desde el retiro programático del Pacto Histórico. En su ponencia en este encuentro, la funcionaria de esta cartera entrante afirmó que este dinero sería una fuente de entrada para poder mejorar la salud en Colombia.

“Los impuestos a las bebidas azucaradas, además de tener impactos favorables en la salud pública, porque desincentiva el consumo de gaseosas y azúcares, y reduce las enfermedades crónicas no transmisibles, podría ser una opción de recaudo para el sistema de salud colombiano”, expresó Corcho.

Ya cinco veces esta propuesta ha sonado en el órgano legislativo sin pasar la prueba. En julio de 2020 el proyecto fue debatido sobre las bases de instaurar un 20% de impuesto sobre el precio de venta. A pesar del impulso masivo que se le dio por parte de organizaciones sociales a este proyecto, finalmente se hundió.

Ahora, el año pasado, 2021, fue la última vez en la que el impuesto tuvo un lugar de discusión, incluyéndolo en el reforma tributaria propuesta, en donde varios senadores propusieron que se acordara una sobretasa que llegara de forma gradual al 25% de las bebidas azucaradas, pero finalmente esta iniciativa tampoco prosperó.

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Todo parece indicar que esta medida de captación de impuestos sí puede ser uno de los nortes del próximo gobierno, por lo cual organizaciones sociales como Red Papaz se prepararían para impulsarla, como ha ocurrido con la ley de comida chatarra, la cual obliga a advertir en la etiqueta sobre lo perjudicial de productos altos en azúcares, sodio, grasas saturadas o edulcorantes.

Se conoce que con las recomendaciones de la OMS, hasta el momento, por lo menos de 70 países a nivel mundial han adoptado la recomendación de imponer el impuesto a bebidas azucaradas, siendo Colombia uno de los pocos en abstenerse de instaurar esta medida.

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