Desde la mañana del martes, minutos después del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, las autoridades no han parado de recolectar material probatorio para esclarecer el crimen que ocurrió en las playas de Barú, a pocos minutos de Cartagena.
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Pecci, de 45 años y fiscal especializado contra el Crimen Organizado, Narcotráfico, Lavado de Dinero y Financiamiento del Terrorismo de Paraguay, estaba en Colombia con su esposa, la periodista Claudia Aguilera, disfrutando de su luna de miel. Esa mañana ella había revelado en sus redes sociales que estaban a la espera de su primogénito.
Horas después, “sicarios llegaron en motos acuáticas a la playa” y dispararon dos veces contra el fiscal, provocándole la muerte de inmediato, según informó el hotel Decameron, donde la pareja se hospedaba.
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Según la Policía, “no se tenía conocimiento sobre la presencia del fiscal paraguayo en Colombia, y por su cargo era una de las personas más protegidas de Paraguay”.
Pecci y su esposa tampoco contaban con seguridad, pese a que el fiscal se había ocupado de casos mediáticos como la detención por falsificación de pasaporte del exfutbolista brasileño Ronaldinho o la investigación del tiroteo ocurrido en el festival Ja’umina el pasado enero, donde murió la modelo e influenciadora Cristina ‘Vita’ Aranda, esposa del futbolista Iván Torres.
La primera hipótesis en la muerte del fiscal Pecci
Este miércoles, desde Cartagena, el director de la Policía colombiana, general Jorge Luis Vargas, indicó que “la primera gran hipótesis que tenemos es que debido a sus funciones, a sus casos, a lo realizado en grandes operaciones, se produjo este magnicidio”.
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El crimen “fue un magnicidio contra la justicia cometido por un sistema de crimen organizado trasnacional con alta planeación e inversión de recursos para cometer este hecho”, agregó el general.
Una primera foto del presunto responsable y un retrato hablado muestran a un hombre vestido de negro y con un sombrero que oculta parcialmente su rostro, por lo que las autoridades pidieron la colaboración de la ciudadanía para identificarlo. El sospechoso de asesinar al fiscal es un hombre de aproximadamente 1,74 metros de estatura, tez trigueña y acento caribeño.
Además, la Fiscalía colombiana indicó en la misma rueda de prensa que ya ha recopilado más de “100 elementos materiales probatorios”.
Migración Colombia también participa en esta investigación con labores de identificación y verificación de las identidades en todos los pasos fronterizos. Además, han verificado las actividades de los ciudadanos extranjeros que estaban en el hotel donde fue perpetrado el asesinato.
