Desde la mañana del martes, minutos después del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, las autoridades no han parado de recolectar material probatorio para esclarecer el hecho que ocurrió en las playas de Barú, a pocos minutos de Cartagena. El dueño de la moto acuática que los delincuentes alquilaron fue uno de los interrogados.
En Blu Radio el hombre confirmó que las autoridades le incautaron el jet ski que se usó en el crimen, además de revisar todas las cámaras de seguridad del sector.
El hombre alquila estas motos acuáticas en Playa Blanca, la más cercana a la isla de Barú. Hasta ahí llegaron dos sujetos y le pagaron 30 minutos de servicio. Pero al poco tiempo de partir, regresaron y se fueron en total calma.
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“Nos encontrábamos en la tienda en un día normal. Me encontraba con mi hermano en la tienda mirando para la playa cuando vimos que regresaron muy pronto los que habían alquilado. Cuando a los 10 minuticos recibimos una llamada del hotel Decameron, que con el Jet ski habían herido una persona, al principio pensamos que lo habían atropellado, pero después nos dimos cuenta que era un atentando. Nos confundimos mucho y llamamos la Policía”, contó el sujeto.
Luego agregó que para rentar el servicio de esas motos acuáticas “no se maneja ningún protocolo, la verdad, simplemente se le dice al cliente cuánto cuesta la media hora o la hora de acuerdo a lo que le interese y se le cobra y ya”.
Hipótesis de la muerte del fiscal Pecci
Este miércoles, desde Cartagena, el director de la Policía colombiana, general Jorge Luis Vargas, indicó que “la primera gran hipótesis que tenemos es que debido a sus funciones, a sus casos, a lo realizado en grandes operaciones, se produjo este magnicidio”.
El crimen “fue un magnicidio contra la justicia cometido por un sistema de crimen organizado trasnacional con alta planeación e inversión de recursos para cometer este hecho”, agregó el general.
Una primera foto del presunto responsable y un retrato hablado muestran a un hombre vestido de negro y con un sombrero que oculta parcialmente su rostro, por lo que las autoridades pidieron la colaboración de la ciudadanía para identificarlo. El sospechoso de asesinar al fiscal es un hombre de aproximadamente 1,74 metros de estatura, tez trigueña y acento caribeño.
Además, la Fiscalía colombiana indicó en la misma rueda de prensa que ya ha recopilado más de “100 elementos materiales probatorios”.
Migración Colombia también participa en esta investigación con labores de identificación y verificación de las identidades en todos los pasos fronterizos. Además, han verificado las actividades de los ciudadanos extranjeros que estaban en el hotel donde fue perpetrado el asesinato.
