En menos de una semana, tres personas fueron reportadas como desaparecidas en Bogotá. Una de ellas, Hernán Felipe Mejía, fue hallado convulsionando el domingo 24 de abril, día en que falleció, pues al parecer fue drogado de más para hurtarle sus pertenencias. Las otras dos personas: Juan Andrés López y Jaime Andrés Vega fueron encontradas con vida, pero también habrían sido víctimas de escopolamina.
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El último caso sucedió en un edificio residencial del barrio Quiroga de la capital, donde un hombre, al parecer con esta misma sustancia, fue drogado por una mujer a quien conocía hace un año, para robarle, junto con dos cómplices más, $800 millones que estaban en una caja fuerte.
Estos son algunos de los últimos casos que se han registrado en la ciudad y que preocupa por los efectos que esta droga, también conocida como burundanga, tiene en el organismo.
Su componente principal es la escopolamina o hioscina, un alcaloide tropánico que se encuentra en diversas plantas, como la belladona el beleño negro o hierba loca. En las personas actúa como un sedante sobre el sistema nervioso central. Y la gravedad de su efecto depende de la dosis utilizada.
Según cifras de marzo, publicadas por la Secretaría de Seguridad de Bogotá, este delito ha incrementado el 76% durante 2022.
“La situación de seguridad en Bogotá nos preocupa. Al revisar las cifras desde enero de 2021, por ejemplo, vemos que los hurtos a personas siguen y siguen creciendo. Además, hay que tener en cuenta que se estima que solo el 30% de los delitos son reportados, eso quiere decir que los números que maneja la Administración son solo una pequeña parte del problema”, denunció el concejal por el partido Nuevo Liberalismo, Juan Baena.
Durante marzo, se registraron 10.088 casos de hurto a personas en la ciudad, esto equivale a cerca de 1000 casos más que los reportados en el mismo mes de 2021, un aumento del delito en más del 13% en comparación con el año pasado y más del 65% comparado con 2020.
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El General Eliécer Camacho, comandante de Policía Metropolitana de Bogotá, indicó que estos casos ocurren más en espacios cómo bares, dónde las personas dejan sus bebidas en la mesa y terceros aprovechan para alterarla con sustancias.
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“Las personas se confían, no hay que dejar que extraños se sienten en nuestra mesas cuando estamos tomando bebidas embriagantes (...) Hay un incremento en estas prácticas con afectaciones. Son organizaciones pequeñas dedicadas al hurto mediante esta modalidad. Son sustancias que pueden adquirir en farmacias o el mismo mercado negro”.
Hasta la fecha, la Policía Metropolitana de Bogotá ha capturado a 3.010 personas por ser los presuntos responsables de los hurtos y la mayoría de las capturas se han ejecutado en flagrancia. En relación a las detenciones, en promedio se están capturando al día 30 personas por estos delitos.
“Las bandas delincuenciales también se han especializado en formas de ataque en públicos objetivos y en zonas”
PUBLIMETRO COLOMBIA habló con Andrés Camilo Nieto Ramírez, experto en seguridad ciudadana y defensa, especialista en Gerencia y Gestión Pública de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y ex subsecretario de Seguridad y Convivencia de Bogotá, para entender por qué en los últimos robos documentados, las víctimas narran que fueron drogadas con sustancias como la escopolamina.
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Publimetro: Según cifras de la Secretaría de Seguridad, el aumento de robos con esta modalidad en el mes de marzo, ha aumentado en un 76%: ¿que apreciación puede dar ante esto? ¿Por qué los casos han aumentado tan considerablemente?
Andrés: Todo iba a aumentar después de pandemia porque la reactivación económica también fue la reactivación de las rentas delincuenciales o de las rentas ilícitas. Ahora hablamos de bandas especializadas por segmentos: no es el mismo ladrón el que hurta el celular, las bicicletas, viviendas o el comercio.
Estos grupos tienen estructura, logística, diarios de campo, distribución de ganancias. Hasta hacen un estudio de marcas por ejemplo para teléfonos celulares de diferentes zonas.
P: ¿Y qué está pasando con el uso de la escopolamina?
A: Las bandas delincuenciales también se han especializado en formas de ataque en públicos objetivos y en zonas. Por ejemplo, para el uso de escopolamina, las zonas de rumba, de aglomeraciones, de espacios de ocio o sitios de alto impacto, son los espacios predilectos para poder llevar a la víctima a la indefensión pero sin generar ninguna sospecha.
Este es el espacio perfecto para que no tengan que agredir e intimidar con un arma, si no sencillamente tienen toda la voluntad de la persona con el uso de escopolamina y otro tipo de sustancias. Además como la víctima queda indefensa y no recuerda, pierde el lapso de valor, es decir el tiempo crucial después de que ocurre el delito para realizar la denuncia, encontrar los elementos hurtados y capturarlos. Entre más tiempo pase, los delincuentes se distribuyen las ganancias y se reparten en diferentes puntos de la ciudad.
P: ¿Qué falta que hagan las autoridades? ¿Qué no están teniendo en cuenta para frenar estos hurtos?
A: Hay cuatro soluciones específicas que se han venido implementando pero que deben reforzarse:
- Las investigaciones deben dar cuenta de toda la estructura delincuencial. No solo de la persona que distribuye la droga o que rapa el celular, sino de toda la banda. Porque si solo se captura a uno, no se va a desmantelar toda la organización que termina re-configurándose o fortaleciéndose.
- Hay que atacar la renta delincuencial. La ganancia. El mercado. Podemos desarticular todas las bandas que existen y que hurtan, pero mientras el mercado siga latente se va a conformar otra banda que quiera tomar esa ganancia. Por eso es indispensable que los operativos sean de ataque a las bandas, a los puntos de receptación de los celulares, de las autopartes y demás.
- De nada sirve desarticular las bandas o golpes a las rentas, si los ciudadanos siguen comprando celulares hurtados. Esa es la gasolina final para que se dinamicen estas formas de atacar a las personas e incluso cada vez con más violencia.
- Hay un déficit en el país de más del 38% en policías. Mientras el estándar internacional dice que debemos tener 356 uniformados por cada 100.000 habitantes en promedio, Colombia no alcanza los 215. Ese problema lleva a que tengamos muy pocos policías para atender todas las situaciones. Pero también los ciudadanos desgastan a la policía en temas que no son de las autoridades: problemas de ruido, mascotas, iluminación, poda de árboles, habitantes de calle, situaciones que deben atenderse desde otros sectores.
En el país, a corte del 31 de marzo del 2022 se han presentado 72.121 denuncias de hurtos a personas, de las cuáles el 23.76% han sido con armas de fuego. De estas el 22% (3.839) se han presentado en Bogotá. Es un aumento del 21.23% en relación con el año pasado.