Sandro Mauricio Pérez, sargento segundo del Ejército durante la época de los hechos, reveló ante la Justicia Especial para la Paz, JEP; los detalles de cómo fue que decidió trasladar con engaños hasta Ocaña a los jóvenes de Soacha para asesinarlos e inventar que fueron muertos en combate.
“Estoy aquí frente a ustedes para aceptar mi responsabilidad, a título de coautor, en crímenes de guerra por homicidio en persona protegida, en crímenes de lesa humanidad. Mi falta de temor a Dios, mi falta de amor y respeto por la vida humana, por la divinidad humana, me llevó a terminar convirtiéndome en un asesino, un monstruo para la sociedad, para algunos de ustedes una máquina de muerte”, afirmó el exmilitar.
Luego, detalló las razones por las que decidió crear un plan criminal para poder mostrar resultados. “Hoy acepto ante ustedes y ante el país y ante el mundo, que utilicé mi uniforme, que utilicé un grado que tenía, una función, dentro del Ejército, con el pretexto de dar resultados operacionales, haciéndolos creer que eran legítimos, que eran legales. En realidad eran asesinatos que se cometían con seres humanos inocentes, que no tenían ninguna vinculación con ningún grupo al margen de la ley. Nunca pertenecieron”.
“En el Batallón Santander, en el cargo de suboficial de inteligencia, se recibía presión por falta de resultados operacionales. En mi condición de suboficial la sentía a nivel de comandante de Batallón. Por la falta de resultados operacionales y por esa presión que existía permanentemente, hago una oferta criminal y tomo contactos con personas que vivían en la ciudad de Bogotá, en ese momento no sabía que existía Soacha”, explicó el entonces sargento.
Continuó diciendo: “con estas personas civiles que vivían en Soacha logramos que este patrón criminal y con mi responsabilidad planeé cómo llegaran cada uno de estos jóvenes a la ciudad de Ocaña y cómo debían entregar a los militares que iban a accionar sus armas”.
Agregó que se encargó de comprar los pasajes para llegaran hasta Ocaña, de entregar las armas para que se ejecutaran los asesinatos y que de esta manera fueran reportados como si hicieran parte de un combate real.
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“Fueron combates ilegítimos, fueron asesinatos a sangre fría. En ese planeamiento que yo hice y que soy responsable, realicé documentación falsa para darle credibilidad a este hecho. (Entre lágrimas y con la voz entrecortada) Les robé la identidad a sus seres queridos, hijos, esposos, padres; que mediante engaños y propuestas falsas pensaron que iban a mejorar su calidad de vida, para que fueran reportados como NN’s”, dijo.
Explicó que al robarles la identidad hacía que fuese más difícil poder encontrarlos por parte de sus familiares y poder saber la verdad. “Este patrón criminal, del que soy responsable y en el que participé en muchas oportunidades, se hizo de esta manera”.