El Distrito, en cabeza del Instituto para la Economía Social (Ipes), presentó un proyecto arquitectónico que busca regular y reubicar a los vendedores informales que se encuentran en la carrera Séptima del centro de la capital. Esto, según dicen, con el objetivo de recuperar el espacio público e incentivar el emprendimiento.
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El diseño estipula la delimitación de tres corredores peatonales de la zona, donde podrán trabajar formalmente: el primero es en la carrera Séptima, entre la calle Décima y la Jiménez; el segundo en la carrera Séptima, entre la Jiménez y la calle 19, el tercero, en la carrera Séptima, entre calles 19 y 24.
“Vamos a construir un mobiliario con cada una de las actividades económicas que hay en el espacio público y que podamos tener una autorregulación. Este piloto que hagamos en la carrera Séptima se va a replicar en todas las zonas de aglomeración donde hay vendedores informales para que ellos puedan trabajar de manera ordenada y que el transeúnte pueda caminar”, aseguró Alejandro Rivera Camero, director del Ipes.
Estos lugares fijos contarán con un área de 1,50 m por 1,50 m para el desarrollo de cada actividad económica que exista en el espacio público. Y los vendedores estarán identificados con un color, de acuerdo a lo que comercializan (alimentos, con rojo; confitería, con amarillo; textil, belleza y bisutería, con rosado, artesanías, con morado, y ocio, con verde y demás), plasmado en chaquetas, gorras y en el piso.
Serán 524 vendedores ambulantes que están caracterizados por el Ipes y contarán con un carné que tendrá un código QR para que así laboren en los tres tramos ya mencionados, desde las 6:00 a.m hasta las 8:00 p.m. Dentro de las normas contempladas, los vendedores ambulantes deberán respetar las ciclorrutas y el espacio del peatón. Y el Distrito aseguró que esta iniciativa empezará a regir en junio de este año.
Vendedores ambulantes le piden al Distrito implementar baños públicos y modificar los horarios de acuerdo a cada actividad económica
Para discutir este proyecto de la Alcaldía de Bogotá, este miércoles comenzó la mesa de concertación entre vendedores ambulantes y directores de las distintas oficinas de la entidad, para dialogar y finalmente pactar la autorregulación de la venta informal en el centro de Bogotá.
En este espacio, Orlando Carrero, representante de los vendedores informales de la localidad de Santa Fe, expuso a los funcionarios públicos las peticiones y propuestas para que este pacto sea llevado a cabo.
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“Necesitamos que más vendedores estén caracterizados. Que el proceso de carnetización tenga ciertas particularidades porque no es lo mismo quienes trabajan en San Victorino que en la Séptima. Necesitamos que se garantice el uso de baterías sanitarias por el corredor vial. No tenemos ni un solo baño para los trabajadores informales”, señaló Carrero.
Dentro de las peticiones, también mencionó que se ofrezcan alternativas para aquellos vendedores que no estén de acuerdo con la firma del pacto. Igualmente que se sigan concertando las normas y sanciones, para que aquellos que no estén acogidos a esta medida no vayan a ser multados o retirados forzosamente del espacio.
Asimismo, que exista la posibilidad de que el Ipes contrate a personas que viven del día a día, pues “muchos están capacitados para ejercer en esta entidad un puesto y quiénes más que ellos para saber cómo resolver las problemáticas de un vendedor informal”.
Orlando también pidió que el horario propuesto por el Ipes (6:00 a.m. a 8:00 p.m.), sea ajustado de acuerdo a las necesidades del vendedor:
“Dependiendo de los productos, hay quienes le sirve más trabajar hasta altas horas de la noche, como el vendedor de aromáticas, como otros que sí pueden irse temprano”.
A la voz de Carrero se sumó también la del artesano Michael Sánchez y el representante Gustavo Buitrago, esta vez de La Candelaria, donde estuvieron de acuerdo en un mismo punto: pedir que este proyecto sea llevado ante el Concejo de Bogotá para que en debate se apruebe como un proyecto de ley y así perdure en el tiempo, aunque eventualmente llegue una nueva administración.
“Si ustedes se paran en el corredor de la Séptima o en el Chorro de Quevedo y no entienden la complejidad y diversidad de oficios que se manejan dentro de estos corredores, realmente no son las instituciones aptas para entrar a construir una política pública real (...) Y si se va a firmar este pacto, hay que darle una lectura de que se va a firmar. Tiene que salir como ley para que no entren las otras instituciones a borrar lo que se ha construido”, dijo Sánchez.
Finalmente, los representantes de vendedores informales anunciaron que seguirán construyendo un diálogo con la Alcaldía y que por ahora no darán su firma para el desarrollo del proyecto. Posición que también fue apoyada por el secretario de Gobierno, Felipe Jimenéz Ángel: “Este ejercicio de diálogo no va a ser una imposición de un lado. Sino que buscaremos un consenso entre todos para saber cómo usar nuestra Séptima y esperamos muy pronto sí se pueda firmar el pacto”.