El senador desde el 2002 y por el partido Dignidad, Jorge Enrique Robledo se lanza a ser candidato a la presidencia al interior de la Coalición Centro Esperanza. Ha sido reconocido por hacer parte de la oposición desde que inició en su cargo en el Senado. Además, se ha abanderado de la lucha contra la corrupción, el neoliberalismo y los Tratados de Libre Comercio que según comenta han hecho de la economía colombiana un desastre. PUBLIMETRO habló con el precandidato, que hoy se expone a Colombia como un posible gobernante que se compromete con la generación de más fuentes de empleo y riqueza, que para él significan la base de los problemas actuales de la nación.
¿Cuáles son los principales pilares de esa política de gobierno que espera ejecutar?
El principal problema de Colombia es su crisis económica y social, que se expresa en cosas tan dolorosas como que la mitad de los colombianos hoy están aguantando hambre. Millones de colombianos están en el exterior porque no consiguieron trabajo aquí, 12 millones de compatriotas que quieren trabajar no pueden.
Tenemos una crisis de proporciones inmensas, que solo se resuelve con un conjunto de políticas que nos permitan crear fuentes de empleo y riqueza. Esa es mi propuesta principal.
Si este problema no se resuelve no se resolverá ninguno, porque este es el que está en la base de los demás.
Colombia tiene que salirse de una economía de mercado subdesarrollada, de a penas 6 mil dólares de producto por habitante. Esto no se logra de un día para otro, pero el país tiene que avanzar en esa dirección. Esta es mi principal propuesta.
También hay una bandera ultravigorosa contra la corrupción. En estos días se está hablando de que ya son 90 billones de pesos que se pierden al año en Colombia en corrupción. Ese es un tema que yo he atendido como senador, yo seguramente soy el senador que más debates anticorrupción ha hecho en el Congreso. Cero tolerancia con la corrupción, y una cosa bien importante, que es de las cosas más desructivas, la corrupción del sistema político y electoral, que pervierte de lademocracia de la peor manera.
Voy a trabajar también en reformas democráticas en salud, educación y ambiente. Mi gobierno hará cuatro años de una campaña en el terreno de la cultura, del pensamiento y las ideas, en contra de toda forma de maltrato a mujeres, afros, indígenas, LGBTI y demás sectores maltratados y discriminados. Cuatro años de conferencias, foros, películas, poesías, canciones, lo que usted se pueda imaginar para convencer a los colombianos de que así no se debe actuar. Esto para reforzar los grandes avances que ya hay en lo legal, en donde ya está resuelto. Pero tenemos una cultura machista, racista y clasista que tenemos que vencer.
Ahondemos en esas acciones que usted propone para generar esas ‘fuentes de empleo y riqueza’
Por el modelo económico que tenemos, Colombia está importando en exceso y exportando muy poco. La política debe consistir en sustituir importaciones, no eliminarlas, no se trata de cerrar el país, pero sí reducir las importaciones y aumentar las exportaciones con más producción y trabajo nacional.
Eso significa volvernos más competitivos, tanto para importar menos como para exportar más, que es la única manera de crear más fuentes de empleo y riqueza.
¿A qué tipo de exportaciones le apuntaría usted si se aumentaran las mismas?
Puede ser de distinto tipo, pero el punto es que hay que reducir el costo país, y aumenta las posiblidades de exportar. Colombia tiene un problema de costo país muy grande. La competencia internacional no es entre personas ni entre empresas, sino entre países.
Colombia tiene costos del dinero y acceso al mismo que es restringido para muchos sectores y de costos del dinero muy altos. Para poner un ejemplo: Colombia tiene costos de la electricidad demasiado altos. El respaldo del Estado colombiano a la producción nacional es escaso.
Al mismo tiempo, tenemos aranceles muy bajos a las importaciones asiáticas y de otros países. El caso específico de importaciones de confección, en general de todo, pero llamo la atención sobre confección. Eso nos deja sin competitividad para defendernos de las importaciones.
¿Cuáles son esas acciones que se tomarían para la reactivación económica en un Gobierno que usted lidere?
La crisis económica colombiana no comenzó con la pandemia, eso es una falsedad. Aquí se nos ha intentado decir que esto estaba muy bien antes de la pandemia, y no es verdad.
Las cifras oficiales nos dicen que el desempleo en febrero de 2020, era del 12.2%, era ya una tasa altísima. Los impactos de la pandemia son más graves que en otros países porque la crisis venía desde antes.
Este es un asunto que hay que lograr, además de lo que ya he mencionado, hay que hacer esfuerzos por aumentar el gasto público, para que promueva más inversió y más empleo. De diferentes tipos, en especial hay que promover empleo para jóvenes y para mujeres, habrá que diseñar y encontrar en qué sectores.
Pero la crisis de la pandemia como mejor que aborda es con las iniciativas que planteé inicialmente.
¿Qué haría usted si llega a la presidencia en materia del seguimiento a la implementación del Acuerdo de Paz?
Yo respaldé el proceso de paz, y ya está en el ordenamiento jurídico colombiano, es parte de la Constitución y de las leyes de la República. En mi gobierno cumpliremos esos acuerdos de buena fe. Cumpliremos en todo lo acordado cumplieremos y de buena fe, en las distintas facetas económicas, como políticas como sociales. Es que eso ya es una orden constitucional que hay que cumplir.
Históricamente e impulsada por las movilizaciones del 2021, la ciudadanía alega una falta de enfoque de derechos humanos o derechos civiles en la fuerza pública ¿Usted está a favor de una reforma o de qué manera influiría en este tema?
Mi primer enfoque es que mi gobierno hará todos los esfuerzos para alcanzar el monopolio del Estado sobre la fuerza. En esto llevamos décadas, en que con un argumento u otro, hay quienes ejercen “justicia por su propia mano”, eso no puede seguir así.
Colombia tiene que asumir la realidad de un país civilizado que dice que el monopolio de la fuerza lo quiere el Estado en relación con todo tipo de infracciones a la fuerza y la ley. Pero el Estado debe garantizar ese monopolio dentro de la Constitución y las leyes de la República, el respeto a los derechos humanos, el respeto a las protestas ciudadanas.
En la Coalición de Centro Esperanza ya hicimos una propuesta de reforma a la fuerza pública, que tiene que ver con que la Policía, deje de ser la Policía militarizada y se convierta genuinamente en un organismo de corte civil.
Pero todo eso dentro de la idea del monopolio del Estado sobre la fuerza y de un monopolio garantista y respetuoso de los derechos humanos y ciudadanos.
Es bueno que se sepa que yo acabo de votar en contra de la reforma esa que se terminó de aprobar de la seguridad ciudadana. Porque es una manera desenfocada de hacer las cosas, porque la reforma convierte en legal formas de justicia por propia mano que eran ilegales anteriormente. Me parece extremadamente equivocado abrir puertas de “legítima defensa” que eran ilegales y que ahora se conviertan en legales y que pueden propiciar conductas violentas que son negativas y lo mismo que tenga que ver con la fuerza pública.
¿Cuál hubiera sido su respuesta a la crisis social del Paro Nacional del 2021 si usted hubiese sido presidente?
Todo progreso de la humanidad, el 100%, tiene que ver con que alguien dijo “no estoy de acuerdo con lo que está pasando”. Luego, el derecho al reclamo, al disenso, al no estar de acuerdo, es un decreto pilar del progreso de la humanidad. Por eso en las constituciones está como un derecho democrático el derecho a reclamar.
Cuando hablo de este derecho, hablo de uno que no utiliza la destrucción de la propiedad pública para reclamar, o que no utiliza la violencia para ninguno de sus fines. Dentro de esos criterios, mi gobierno será garantista, porque creo en ese principio democrático como pilar de todas las formas del progreso de la humanidad.
Los reclamos deben ser de actitud democrática, pero hay que señalar que el Estado no puede violar la Constitución para impedir esos reclamos, como sucedió y ha sucedido en los últimos años, eso es grave. Comprueba la necesidad de hacer reformas de tipo democrático.
Las movilizaciones también crearon un círculo de opinión alrededor del papel de los jóvenes en la sociedad y este sector es uno de los más activos en estas jornadas ¿qué papel cumplirían los jóvenes en su gobierno?
Lo primero que hay que ofrecerles a los jóvenes es más educación pública y gratuita, pagada por el Estado. Necesitamos que los jóvenes tengan acceso a oportunidades, y la primera de esas es poder estudiar. Así mismo, al trabajo digno, y para eso necesitamos que se desarrolle la industria y el agro, para que haya más empleo para todos y particularmente los jóvenes. Será necesario diseñar mecanismos de gasto públicoque estimulen economías y trabajos que puedan ser realizados por los jóvenes.
El tema de los jóvenes es de gran importancia para mí y hay que atenderlo en estos distintos aspectos, empezando por la educación, empleos dignos, sean que aparezcan por la corrección de políticas económicas equivocadas o que aparezcan por acciones del Estado que estimulen ese empleo.
¿Con cuáles precandidatos estaría dispuesto a hacer alianzas?
Ya tenemos una alianza hecha, en la Coalición Centro Esperanza. Quien gane esa consulta en marzo será el candidato de todos en la primera vuelta. Los demás son propuestas políticas diferentes, con ellos se compite y los electores determinan quién tiene las mayorías. Yo soy optimista en que tendremos los votos suficientes para pasar saltar a la segunda vuelta. Y yo aspiro a tener los votos suficientes para pasar en marzo y luego en mayo.
¿Qué pasará con los derechos de las personas LGBTIQ+ en su gobierno?
La lucha de todas estas poblaciones, afros, indígenas, LGBTIQ+ son luchas que he respaldado toda mi vida. Han logrado que en Colombia en la ley estén todas las garntías concedidas. Pero las costumbres cambian más lento que las normas, somos un país extremadamente machista, clasista, racista, por esto enfatizo que en mi gobierno habrá esta inmesa campaña en la cultura, en la manera de pensar. Que no se maltrate a niños y ancianos.
Espero que esa campaña se tan fuerte y grande que la suma nos alcance para que el Gobierno que siga también se sume. Convertir en una lucha pública e inmensa esta lucha antidiscriminación y antimaltrato, que nunca se ha hecho en ningún gobierno en la historia de Colombia.
¿Cuáles serán sus acciones en temas como el aborto?
Yo creo que no hay momento más difícil para una mujer que el momento de un embarazo indeseado, porque es una situación tremendamente dolorosa. Esa es una decisión, que sea continuarlo o no es una decisión dificilísima y que cada mujer valora diferente porque es un problema de sus convicciones.
La sociedad debe permitirles a las mujeres que tomen la decisión que su libre albedrío, sus convicciones le dicen que debe tomar, la que ella quiera. Y en cualquiera de las dos circunstancias, de continuar o no el embarazo, debe haber un Estado que las proteja y les ayude.
¿Está a favor de la legalización de drogas o qué acciones tomaría en el tema de la lucha contra el narcotráfico?
Primero es importante clasificar víctimas y victimarios. Víctima es el campesino que está en el negocio de la coca y victimario es el ciudadano que consume estupefacientes y en la mitad hay unos delincuentes que están en la mitad y son los narcotraficantes. Eso es un hecho.
La política antidrogas diseñada por Estados Unidos ha fracasado rotundamente. Nunca, mediante ningún sistema, ha dejado de haber cocaína en las calles de los Estados Unidos.
Creo que hay que utilizar todos los tipos de interdicción democráticas que se puedan utilizar, pero ahí no incluyo por supuesto las fumigaciones, porque lo que se fumiga es a los campesinos pobres, a las víctimas, como cucarachas, eso no lo puedo aceptar. Por principios pero también porque no sirve para nada, es crear un mal sin causar ningún bien.
La solución mágica de este proceso sería la legalización., como fuera solución mágica cuando se terminó con la ilegalidad del alcohol en Estados Unidos. Lo que pasa es que siendo eso teóricamente controvertible, es inviable políticamente. Colombia no puede tomar decisiones unilaterales en ese sentido.
Actuaremos con criterios democráticos frente a campesinos y consumidores, se persiguirá mediante la ley a los narcotraficantes y haré una invocación internacional a que se busquen soluciones distintas, pero se necesitan ayudas internacionales, Colombia no puede actuar unilateralmente en este sentido.
¿Qué le diría a los electores?
A Colombia hay que unirlo y sacarlo de esta pelea de perros y gatos. Ningún país ha logrado salir de subdesarrollo si no es capaz de unir a su país. Hay que encontrar concepciones democráticas que nos permitan unirnos y eso tiene que ver con todo lo que planteo, para unir en un solo propósito a los asalariados, informales, campesinos, indígenas y a los empresarios que están por el progreso del país.
Lo primero en que hay que acordar es que esto está muy mal, es inadmisible que estén cantando victoria los amigos del Gobierno, cuando la mitad de la población está aguantando hambre, es que esto es el desenfoque total. Hay que partir de reconocer que el modelo económico aplicado en los últimos 30 años ha fracasado para desarrollar a Colombia.
Ese es el inicio del gran acuerdo nacional que hay que hacer, vamos a diseñar cómo hacer esos cambios económicos, que incluyen revisar los tratados de libre comercio, porque es evidente que esa política neoliberal extremista es un desastre económico, un país que tiene todas sus cuentas macroeconómicas en bancarrota.
Al país le esperan tiempos más malos de los que tenemos salvo que tomemos correcciones del caso.
Entendamos que a este país hay que tomarlo enserio, aquí no pueden seguir haciendo política de las famosas listas de mercado diseñadas para hacer populismo y demagogia sin atender el problema principal de este país que es cómo crear fuentes de empleo y riqueza.