Este 3 de febrero comenzó con la información de Washington sobre el fallecimiento de Abu Ibrahim al-Hashimi al-Quraishi, líder del Estado Islámico.

De informante a hacerse explotar

Lo cierto es que durante un tiempo fue una pieza clave para Estados Unidos. Nacido con nombre de pila de Amir Mohamed Said Abderraman al-Mawla perdió la vida en una operación comandada por las fuerzas del país norteamericano.

De acuerdo a la administración de Joe Biden, el terrorista se hizo explotar con una bomba, durante el operativo.

Antes fue un informante de EU, que reveló identidades secretas de otros líderes terroristas y proporcionó indicaciones precisas para hallarlos.

Su ascenso en el Estado Islámico

Al-Quraishi se hizo cargo del Estado Islámico, luego del fallecimiento del anterior jefe del grupo, Abu Bakr al Baghdadi, en una operación parecida que se realizó en octubre de 2019, por las fuerzas especiales en la provincia de Idlib, cerca de Turquía.

Era llamado de diferentes maneras, como “El destructor” o “El profesor”, y se convirtió en una figura relevante del yihadismo iraquí en las últimas dos décadas.

Su perfil fue ganando jerarquía de seguridad y religiosa en el grupo terrorista. Fue el líder de la masacre de los yazidíes, una minoría de habla kurda.

Fue el 24 de marzo de 2020, cuando el país de las barras y las estrellas lo reconoció oficialmente como el nuevo líder del Estado Islámico y lo colocó en su lista de los más buscados.

Respetado y con estudios

En la información que se puede encontrar del difunto destaca que ISIS lo considera un veterano en la lucha contra Occidente, comandante con educación religiosa y experiencia en el campo de batalla.

Según Counter Terrorism Project, se graduó en la Facultad de Ciencias Islámicas de Mosul y también cuenta con estudios jurídicos de la sharia en al Universiad de Mosul.

En 2004, fue capturado por Estados Unidos, debido a sus nexos con Al-Qaeda. De acuerdo a The Washington Post, entre 2007 y 2008 fue informante para Estados Unidos.

Dio información precisa

Otorgó indicaciones precisas sobre las formas de hallar la sede secreta del ala de medios de comunicación del Estado Islámico, hasta el color de la puerta principal y los horarios en los que la oficina estaba ocupada. También dibujo mapas de recintos ocultos y dio el nombre del mensajero personal de Abu Qaswarah.

Washington describe que también entregó bocetos artísticos de los principales sospechosos de terrorismo y la identificación de restaurantes donde los terroristas elegían cenar.