Las personas con orientaciones, identidades y expresiones de género diversas, que vivieron las crueldades del conflicto en sus cuerpos y territorios, cuentan sus historias en el documental Una sola golondrina no hace llover.
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Se trata de un largometraje producido por Caribe Afirmativo y Señal Sur, junto con el apoyo de la embajada de Noruega, que busca bajo un ejercicio de memoria social una reparación transformativa.
Por estos días, los protagonistas de estas historias se reunieron en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, ubicado en Bogotá, para ser los primeros en ver el documental. La idea es continuar con una campaña de difusión por los distintos territorios.
Las historias de líderes y lideresas Lgbt que sobrevivieron al conflicto armado
PUBLIMETRO habló con algunos de los protagonistas quienes compartieron sus historias.
- Dilan
“En el documental habló de la violencia que viví. Soy un sobreviviente de la comuna 13, de la operación Orión de Medellín
¿Por qué fui violentado?, por ser de la comunidad Lgbt, ser un hombre trans.
Todo comenzó cuando un paramilitar se enamoró de mi compañera, entonces me veía a mí como un rival; además sabiendo que yo tenía una forma diferente, en ese entonces no había un tránsito físico.
Todo empezó con mucha violencia para que la dejara. Yo le decía que no, porque ella no quería estar con él.
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Me empezaron a seguir y en tres ocasiones me sacaron de mi casa, la tercera casi me cuesta la vida, fue la más fuerte. Me violaron.
Han sido situaciones muy dolorosas que todavía me afectan psicológicamente, porque en esa ocasión me sacaron 12 hombres de mi casa y cada uno hizo su parte para violentarme.
Entonces el documental trata de toda la violencia que viví, que me tocó renunciar a mi familia, irme para otro pueblo para protegerme. Porque mi familia sabía que, aunque yo no era una persona mala, por el hecho de ser una persona Lgbt estaba mi vida en riesgo. Ese grupo armado era muy homofóbico.
Con los dos primeros atentados no renuncié a irme del barrio, porque uno también tiene que ser resistente. El arma que tienen los violentos es meternos terror para que nosotros renunciemos a eso que a ellos tanto les choca. Ya con el tercer atentado me voy con mucho dolor. Y la relación con mi pareja terminó porque la familia era temerosa de que también le hicieran algo”.
- Mariposa
“Yo ya no soy víctima, porque ya no me puedo llamar víctima con todo lo que ha pasado con este documental. Soy sobreviviente.
Me siento ya liberado, porque esa palabra de víctima hay que dejarla a un lado. Contar mi historia en el documental fue un tanque de oxígeno, siento que nos dieron alas y nos mostraron el cielo para volar, porque nosotros los Lgbti estábamos muy desamparados y no teníamos reconocimiento.
Para mí fue un desahogo, pues sirvió para purificar mi cuerpo. Lo limpié contando todo.
¿Qué conté? Bueno, me llamo mariposa porque el día que me pasó lo que me iba a pasar, se me acercó una mariposa y desde ahí me llamo así. Fue secuestrado y violado y me iban a desaparecer. Me ocurrió eso un día 13, hace más de 30 años en Chigorodo, Antioquia. Yo lo perdí todo, pero tengo que agradecerle a Dios que estoy vivo.
Contar mi testimonio también es un mensaje a mis compañeros Lgbt que son jóvenes, porque les habla un año dorado. Nosotros abrimos cancha para que esto les sirva de experiencia, para enseñarles a ellos que nosotros tenemos derecho a la vida, que tenemos derecho a abrir caminos y dar pasos firmes así tengamos muchos tropezones”.
- Lorena Restrepo, colectivo Casa Diversa de Medellín
“En el documental cuento un poco de mi experiencia en Casa Diversa; también trabajamos de la mano con Caribe Afirmativo, en la Casa Afirmativa de Medellín, donde lidero un proceso de mujeres colombo-venezolanas. Venimos trabajando desde hace un año con estas chicas en cómo es ser lesbiana, bisexual o trans en las periferias de los territorios. En este momento Casa Diversa está cerrada porque nos están pidiendo ‘vacuna’ para funcionar. No podemos hablar de paz aún existiendo la guerra…
Además de contar sobre esta labor y situación, también hablo en el documental de la experiencia de mi vida: mi hermano también es activista, es un líder muy reconocido, además de ser el director de Casa Diversa. Cuento lo difícil que ha sido como familia que él haya pasado por atentados, por lo menos en este momento no se encuentra en el territorio porque fue atacado por los actores armados.
Siempre ha sido muy difícil, en el primer atentado él se sap y quedamos mi mamá y yo.
Me quedé y seguí con esa lucha en el territorio, pero fue víctima de acoso sexual. Me decían: ‘usted tiene que ser mía porque yo lo decidí’. No solo era el miedo de lo que me podrían hacer a mí al salir, sino a mi mamá, a mi hermano y a mi novia”.