La Policía de Colombia confirmó que hay un “muy alto porcentaje” de posibilidad de que Hernán Darío Velásquez, alias “El Paisa”, uno de los jefes de la Segunda Marquetalia, la disidencia de las FARC liderada por “Iván Márquez”, haya muerto en Venezuela “por disputas delincuenciales”.
La Segunda Marquetalia, una de las principales disidencias de las FARC, supuestamente se refugia en la zona de frontera entre el departamento colombiano de Arauca y el estado venezolano de Apure.
“Hasta el momento hay un muy, muy, muy alto porcentaje de que esté muerto, de que fue por disputas delincuenciales al interior de la organización en la zona campamentaria en Venezuela, a 160 kilómetros de Arauca capital”, dijo este martes el director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, tras las revelaciones de medios de los últimos días sobre este líder disidente.
La Policía no dio más detalles de los hechos, solo que tienen información de que Velásquez estaba en “un campamento de entrenamiento” en Venezuela, a unos 100 kilómetros de la frontera con Colombia, donde “estaban instruyendo a delincuentes de varios países”.
“Hasta el momento lo que tenemos es esa confirmación de la muerte de él en el área campamentaria; han surtido unas informaciones de que habría involucrados otras organizaciones guerrilleras, no tenemos esa información, no la hemos confirmado”, dijo Vargas, quien añadió que “todo parece que es un tema de disputas por el narcotráfico puntualmente”.
Junto a “El Paisa”, uno de los hombres más cercanos a Luciano Marin Arango, alias “Iván Márquez”, quien fue jefe negociador del acuerdo de paz, pero se salió menos de tres años después de la firma, también murió “una persona conocida como Lulo”.
El director de la Policía no confirmó los rumores publicados por la prensa hoy de que en esos mismos hechos también habría muerto Henry Castellanos Garzón, alias “Romaña”, otro líder de la llamada Segunda Marquetalia.
Los detalles que entregó la Policía sobre posible muerte de jefe guerrillero ‘El Paisa’
Por su parte, el presidente de Colombia, Iván Duque, dijo a medios, sin confirmar la muerte de ninguno de los dos disidentes, que el hecho de “que salgan de circulación esos símbolos del terrorismo y del mal y del narcotráfico (...) es una buena noticia y eso demuestra que los bandidos no tienen madriguera”.
En la misma zona fronteriza también se encuentran otros grupos como el liderado por Miguel Botache, alias “Gentil Duarte”, que fue incluido la semana pasada en la lista de grupos terroristas de EE.UU., tras la retirada de las FARC, cinco años después de la firma del acuerdo de paz.
Con esta inclusión, por su promoción de “actividades terroristas, la responsabilidad en asesinatos de exmiembros de las FARC y líderes comunitarios” además de “destrucción masiva, asesinatos, secuestros”, también entraban en la lista sus líderes: “Iván Márquez”, “El Paisa” y “Romaña”.
“Iván Márquez” y “El Paisa”, junto con otros exjefes de las FARC, abandonaron el acuerdo de paz y el 29 de agosto de 2019 anunciaron su regreso a las armas, alegando una “traición del Estado” a lo pactado.
La Policía acusa a “El Paisa” de ataques terroristas como el atentado de 2003 contra el club El Nogal, en Bogotá, donde murieron 35 personas o el asesinato de varios gobernadores departamentales, así como una lista de 1.117 víctimas reconocidas de atentados terroristas perpetrados cuando él era líder de la columna móvil Teófilo Forero de las FARC.
“El Paisa” tenía circular roja de la Interpol y el Gobierno estadounidense ofrecía hasta cinco millones de dólares por él, mientras que el colombiano 3.000 millones de pesos (unos 770.000 dólares).
En esa zona de la frontera de Arauca y Apure, donde se encuentran supuestamente estos grupos disidentes, así como la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), hay información de varias disputas entre todos los grupos por el control del territorio.
“Hay disputas entre todos”, aseguró hoy el general Vargas, quien no quiso vaticinar quién planeó el ataque que causó teóricamente la muerte de “El Paisa”, pero incidió en que es una zona de campamentos de narcotraficantes donde “llegaban emisarios mexicanos y de otras partes de Latinoamérica para entrevistarse para traficar cocaína a Europa vía África y a Norteamérica”.