El expresidente Juan Manuel Santos dijo este lunes que reconciliarse, hacer y construir la paz es “más difícil” que hacer la guerra, así que advirtió de que esto puede durar varias generaciones en su país, tras el conflicto de 50 años entre el Estado y las FARC.
“Son nueve millones de víctimas y hemos reparado un millón”, ilustró Santos en un seminario organizado por el Ministerio español de Derechos Sociales y la Universidad Carlos III de Madrid sobre el reciente quinto aniversario del Acuerdo de Paz de Colombia, junto al ultimo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño.
El recorrido es largo, pero la paz es el mejor de los caminos políticos, corroboró Londoño.
Santos resaltó que “Paz, Justicia e Instituciones Sólidas” son condición para que el resto de los objetivos de desarrollo sostenible 2030 de la ONU se puedan cumplir, y a la inversa, para asegurar que la paz sea estable y duradera.
Aseguró que, tras cinco decenios de guerra, la reconciliación va a durar mucho y, después de cinco años de la firma del acuerdo, el balances es “positivo, pero “agridulce”.
Valoró, entre otros ejemplos, que el 95 % de los excombatientes de las FARC siguen en el proceso de paz, y que se ha avanzado “mucho” en la primera fase de desmovilizacion, desarme y reintegración social.
También apreció la “justicia transicional”, un modelo “sin precedentes”. Es la primera vez, explicó, que las dos partes en conflicto crean un tribunal especial y se someten a él, basado en los derechos de las víctimas como la reparación, la verdad, la justicia y la no repetición, y que va a un ritmo aceptable, comentó.
IMPRESCINDIBLE SABER LA VERDAD
Al hablar de la comisión de la verdad, dijo que es fundamental para sanar heridas, dramas y preocupaciones de las víctimas.
“La verdad es muy reparadora, pero duele”, y cuando aflora, hay quien no quiere que se sepa, pero es “necesario”, indicó. Es una “catarsis” por la que debe pasar la sociedad colombiana, planteó, para “reconciliarse”.
Santos se refirió al actual Gobierno colombiano como “hostil” al proceso, pero finalmente el presidente Iván Duque “se ha montado en el tren de la paz”, y esto es “bienvenido” porque ahí están buena parte de las soluciones a los problemas del país, como las protestas sociales, apostilló.
Como “muy negativo y preocupante”, citó el asesinato de excombatientes (unos 300) y líderes sociales, ya que el Estado tiene la “obligación” de garantizar su seguridad.
Entre “deudas pendientes”, habló de la reforma agraria para resolver una mala distribución histórica de tierras, los derechos de las mujeres y de afrodescendientes y etnias.