En un operativo llevado a cabo en Medellín, un mayor de la Policía Nacional y su conductor fueron capturados por presuntamente exigir pagos a sus subalternos a cambio de otorgarles permisos laborales. Los dos uniformados, que ejercían funciones en la estación de El Poblado, fueron detenidos tras una investigación que los vinculó con el delito de concusión, un acto de corrupción en el que un servidor público abusa de su cargo para obtener beneficios ilegales.
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Según informaron las autoridades, la investigación comenzó en respuesta a denuncias que señalaban que el mayor de la Policía, quien se desempeñaba como comandante de la estación, estaba cobrando a sus subalternos para aprobar permisos y otras solicitudes administrativas. La modalidad de pago, según la investigación, consistía en transferencias realizadas mediante la aplicación móvil Nequi, lo que facilitaba el cobro sin dejar evidencias físicas directas de las transacciones.
El mayor involucrado habría coordinado con su conductor, un subintendente, quien era el encargado de recibir y gestionar el dinero proveniente de los pagos ilegales. A cambio de las transferencias, los subalternos obtenían el permiso para ausentarse de sus funciones, un procedimiento que debía ser aprobado formalmente por su superior. Las autoridades, tras recopilar pruebas contundentes y realizar un seguimiento exhaustivo a las transacciones electrónicas, lograron establecer la implicación de ambos oficiales en el esquema de corrupción.
El operativo de captura fue ejecutado por unidades especializadas en lucha contra la corrupción, quienes luego de obtener las pruebas necesarias, solicitaron la intervención de un juez militar. Este juez, luego de revisar el caso, autorizó las capturas de los implicados, quienes fueron arrestados y puestos a disposición del juzgado penal militar para seguir con el proceso judicial correspondiente.
La captura de estos dos uniformados ha generado una fuerte indignación tanto en la comunidad como en las filas de la Policía Nacional, donde este tipo de actos son considerados graves y dañinos para la imagen de la institución. Las autoridades han expresado su compromiso en continuar con las investigaciones para esclarecer todos los detalles del caso y tomar las medidas disciplinarias pertinentes.
El mayor y su conductor enfrentan cargos por concusión, que implican el abuso de poder para la obtención de beneficios personales a costa de los subordinados. Ambos fueron detenidos y trasladados a las instalaciones judiciales, donde se determinará su situación jurídica en los próximos días.