Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, ha encendido nuevamente las alertas por el turismo sexual que se toma las calles de la zona más importante de El Poblado, en donde caminar por sus calles se ha convertido en un espectáculo desagradable para quienes no van en búsqueda de servicios sexuales. Después de un recorrido por el Parque Lleras, uno de los más afectados por esta situación, el mandatario aseguró que más del 90% de las mujeres adultas que son trabajadoras sexuales eran de origen venezolano.
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El turismo sexual estaría encubriendo delitos como la trata de personas y la explotación sexual comercial de menores por parte de extranjeros en el Parque Lleras, ante la mirada de todos.
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90% de las trabajadoras sexuales en el Parque Lleras son de origen venezolano
El alcalde destacó que cerca 1,7 millones de turistas al año llegan a Medellín, más de la mitad de los cuales son extranjeros, y un número importante de estos llegan buscando sexo, incluso con menores de edad, lo cual constituye un delito, así como drogas.
“Esos turistas no son bienvenidos en Medellín. Queremos un turismo de calidad, no aquel que viene a dañar a nuestra juventud”, dijo Gutiérrez.
Además, aseguró que en el Parque Lleras, estas actividades ilícitas están controladas por cuatro grupos delictivos: Odin Robledo, La Raya, La Terraza, y una estructura liderada por ciudadanos venezolanos.
“Con las niñas que hablé en este sector, las mayores de edad dedicadas a la actividad sexual, más del 90% eran venezolanas. No se puede permitir de ninguna manera la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes”, agregó.
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Organizaciones criminales detrás de la prostitución en Medellín
La Terraza es una de las organizaciones criminales más antiguas en el Valle de Aburrá, que opera desde los años 80 en cinco comunas. En el Parque Lleras, tienen una presencia a través de un grupo satélite conocido como los Chaceros, quienes controlan la distribución de drogas y la prostitución en algunas áreas de El Poblado.
La banda La Raya se sabe que opera en los límites de Guayabal en Medellín y el barrio San Fernando en Itagüí. Está dirigida por un clan familiar de cuatro hermanos que controlan el tráfico local de drogas, el sicariato y la administración de prostíbulos, especialmente en esa área de Itagüí.
La banda Robledo, también conocida como Los Pesebreros, domina vastos territorios en siete comunas y tres corregimientos de Medellín. Según fuentes policiales, están incursionando en negocios de estudios webcam y se cree que están involucrados en redes de turismo sexual para atraer a extranjeros.