En las últimas horas el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y la Superintendencia de Industria y Comercio, oficina encargada de asuntos legales, emitió una decisión a favor de la Industria Licorera de Caldas (ILC), instando a la Fábrica de Licores y Alcoholes de Antioquia (FLA) a retirar de inmediato los productos conocidos como Aguardiente Real del mercado colombiano. Lo anterior, porque se asemejan a la presentación del Aguardiente Amarillo de Manzanares, producido por la ILC.
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Además, se le instruyó a la FLA que cesara de inmediato la promoción y venta del Aguardiente Real en el mercado colombiano, así como que modificara la presentación del producto. La modificación debía asegurar que la presentación difiriera notablemente de la utilizada por la Industria Licorera de Caldas para comercializar el Aguardiente Amarillo de Manzanares.
De inmediato, la decisión generó reacciones en redes. “Por copias baratas”; “literalmente hicieron CRTL C + CRTL V”; “bien por el aguardiente Amarillo de Manzanares”, fueron algunos de los comentarios.
¿Por qué empezó la disputa entre las licoreras?
El pasado mes de noviembre, desde la Licorera de Caldas, empresa encargada de la producción del Aguardiente Amarillo, se denunció que la versión del Aguardiente Real de Licores Antioquia es un “plagio”. Por tal razón, anunciaron una demanda contra la productora antioqueña.
Mauricio Vélez, gerente de mercadeo de la Industria Licorera de Caldas, explicó en entrevista con W Radio lo que harán.
“El Aguardiente Amarillo existe desde 1885 y durante todo este tiempo ha sido el único aguardiente amarillo que ha existido, teniendo un éxito increíble, despertando a los competidores. Ahora, la gente de la Fábrica de Licores de Antioquia quiere sacar su aguardiente amarillo bajo el nombre de Aguardiente Antioqueño REAL, con el mismo color del nuestro, intentando apalancarse”, señaló.
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El gerente comentó que existen varias similitudes, como la forma de la botella, la presentación y el color. Por esta razón, tomarán medidas.
“Sí hay similitudes en las botellas como el color del aguardiente, la tipografía de la letra, los contrastes de los colores de las etiquetas. Lo que queremos es proteger nuestra marca y ante la Superintendencia de Industria y Comercio lo estamos gestionando para evitar un engaño al consumidor”, concluye.