Daniel Duque, concejal de Medellín por el partido Alianza Verde y aspirante a la Alcaldía de Medellín en las próximas elecciones regionales, es abogado de la Universidad Eafit con maestría en Procesos Urbanos y ambientales; habló con PUBLIMETRO COLOMBIA, sobre la situación de la ciudad, lo que pasa con la actual administración y cómo cree que él sería la mejor alternativa para administrar la capital de Antioquia.
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¿Quién es Daniel Duque?
Soy una persona que ha sido activista de distintas causas en las que cree. He defendido temas como el proceso de paz, la consulta anticorrupción, tuve la oportunidad de ser el coordinador de voluntarios de la consulta anticorrupción, recogimos casi 5 millones de firmas y sacamos casi 12 millones de votos, pero también he sido un activista en la lucha contra la crisis climática y ecológica. Siempre he creído que tenemos que movilizarnos como humanidad para combatir esta situación tan grave en la que nos encontramos. Soy un fiel convencido de que necesitamos participar en política, para sacar a la gente que históricamente se ha robado el presupuesto público.
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¿Por qué quiere ser alcalde de Medellín?
Soy precandidato porque estoy convencido de que Medellín necesita tener nuevos liderazgos, necesita oxigenar la forma en la que se ha estado haciendo política en los últimos años, que ha sido a punta de mentiras, división, polarización y ruptura de nuestro tejido social, que es de los grandes activos e insumos que ha logrado consolidar Medellín, gracias a los cuales superamos la época horrible y oscura del narcotráfico y cuando Luis Pérez fue alcalde de la ciudad, cuando ocurrió la operación Orión.
Hoy Medellín está en una crisis institucional gravísima, las dos últimas que tuvimos fueron en estos 30 años, la de Pablo Escobar a finales de los 80 y principios de los 90; y la de Luis Pérez en los 2000, cuando tuvimos la operación Orión y EPM tuvo 4 gerentes, así como pasó en esta administración. Medellín tiene memoria y una capacidad de resiliencia extraordinaria y sale de esas crisis gracias al diálogo social, a la conversación entre el sector público, el privado, el cultural, el académico y las organizaciones sociales y de bases comunitarias. La razón por la que quiero ser alcalde de Medellín es porque tengo la capacidad de conversar con todos esos distintos sectores y ayudar a que todos de manera mancomunada trabajemos en dirección de los mismos intereses.
¿Cuáles son esos mismos intereses?
Esos mismos intereses son luchar contra la crisis climática y ecológica y avanzar en términos de adaptación y mitigación. Apostarle realmente a la educación, para que los colegios de nuestros niños no se conviertan en trampas mortales en donde se les caigan los techos encima. A mejorar el programa de Buen Comienzo, que era una bandera e insignia de nuestra ciudad y que era una de las mejores políticas públicas de erradicación de la pobreza extrema, pero que hoy está empañado por la corrupción. A recuperar la grandeza de Empresas Públicas de Medellín, que es una empresa que ha sido ejemplo para América Latina de cómo una empresa 100% pública puede ser bien administrada.
¿Por qué quiere transformar el Concejo de Medellín?
Luego de más de tres años en el Concejo de Medellín puedo decirle a la gente que el Concejo necesita un nuevo aire, nueva gente, nuevas personas, nuevas ideas y no a los mismos atornillados desde hace 20 años. Por eso es importante la participación ciudadana.
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¿Cuál sería la Medellín que recibiría en caso de que llegara a ser elegido alcalde?
Nos vamos a encontrar unas finanzas bastante endebles, el marco fiscal de mediano plazo de Medellín, que es como la proyección de las finanzas a los próximos 10 años, tienen una situación bastante compleja, porque Medellín se ha metido en una cosa que se llama la pereza fiscal. Hoy Barranquilla, por ejemplo, una ciudad más pequeña que Medellín, tiene más ingresos tributarios que nuestra ciudad. Aquí tenemos que abrir una discusión sobre qué es lo que vamos a hacer para formalizar más empresas que puedan pagar Industria y Comercio, que puedan generar mejores empleos, que puedan formalizar nuestra economía. También, tenemos un déficit habitacional de cerca de 200.000 viviendas, que son familias que o no tienen casa o viven en casas con unas condiciones bastante precarias.
Vamos a recibir a EPM en una crisis financiera, en medio de una situación de iliquidez, porque la inmensa mayoría de los frentes van mal. Hidroituango va mal, la Cámara Colombiana para la Infraestructura dijo que solamente el lucro cesante de las turbinas que no han entrado en operación, sin contar la 3 y la 4, asciende a 4,7 billones de pesos. El otro es Afinia que está en manos de la politiquería, teníamos una gran oportunidad de llegar con el ADN de EPM, pero el alcalde Quintero decidió entregárselo a una cuota política. Sobre Tigo-Une tuvimos que votar negativo a la enajenación de las acciones porque nunca nos dijeron en qué querían utilizar la plata.
Pero también vamos a recibir una ciudad con un gran talento humano, una ciudadanía que tiene la capacidad de ser resiliente.
¿Cómo va a enfrentar la polarización actual?
Medellín está polarizada no porque los ciudadanos quieran estar en desacuerdo frente a qué es lo que debería pasar. Está hoy polarizada porque tiene un alcalde que no la quiere, porque el gran activo que ha tenido estratégico, en términos electorales, el acalde Daniel Quintero es la dispersión de los distintos actores. Entonces, lo que nosotros vamos a buscar es ser una Alcaldía de Unión, que convoque a los empresarios, a la academia, al sector cultural, al sector de base comunitaria, a las organizaciones sociales y a los partidos políticos. Sí, somos una ciudad que hoy está en una situación de polarización tremenda, pero creo que va a pasar muy rápido, porque este gobierno carece de legitimidad política y de favorabilidad en las encuestas.
La seguridad es uno de los temas que más preocupan a los medellinenses, ¿cuál es su estrategia?
En la alcaldía de Federico Gutiérrez él llegó diciendo que era el alcalde de la seguridad y todos los delitos de alto impacto se dispararon: los hurtos, los homicidios, las extorsiones. Hoy Medellín ha visto un descenso en los homicidios, pero sigue estando en manos de unos combos delincuenciales, eso no lo podemos negar. Hay un estudio de la Universidad Eafit y la Universidad de Chicago interesante en el que muestran cómo se han parcelado los distintos territorios de nuestra ciudad. Aquí hay una política pública que se aprobó en el 2015 durante el gobierno de Aníbal Gaviria y es muy buena, porque dice cómo hay que abordar la problemática de seguridad en cada una de las comunas y corregimientos de nuestra ciudad.
Nosotros necesitamos una conversación con el gobierno nacional franca y abierta, poniendo las cartas sobre la mesa. Hoy, la política de paz total de Petro está en crisis, por lo que ha pasado con el Clan del Golfo y con el Cese al fuego con el ELN; pero, en el fondo sí hay una discusión muy importante y es qué vamos a hacer con los grupos al margen de la ley que hay en Medellín, porque una de las principales preocupaciones de la ciudadanía es el reclutamiento forzado de menores, tenemos un montón de pelaos que se están saliendo de la escuela para ser parte de estas organizaciones.
¿Qué rescata de la actual administración?
Un programa de la secretaría de Juventud que habla de los consumos conscientes de sustancias psicoactivas. En Medellín no podemos seguir con la doble moral eterna con el prohibicionismo de las drogas y ya, eso no funciona. Medellín es una de las ciudades en donde más se consume marihuana en el mundo, que tiene un alto índice de consumo de sustancias. Hace unos días conversaba con unos amigos sobre el Tusi, que de hecho es una sustancia que es un polvo rosado que no es Tusi, en Medellín no tiene la sustancia 2CB, sino que le metieron otros opioides que son mucho más adictivos. Aquí hay que abordar el problema desde una perspectiva integral.