El pasado 5 de febrero de este año, los empleados de un bar en la carrera 70A con calle 42, en el barrio Laureles, occidente de Medellín, alertaron a las autoridades, luego de percatarse que uno de sus clientes estaba desmayado y no respondía al llamado. Tras el arribo de la Policía verificaron que la persona estaba sin signos vitales. Y no fue sino horas después, que se conoció su identidad. Se trataba del sacerdote Javier Eduardo González, oriundo de Planeta Rica, Córdoba y quien era formador del Seminario Misionero San José, ubicado en el barrio Córdoba, comuna 7 (Robledo).
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El presbítero de 39 años, habría llegado hasta este establecimiento comercial en compañía de otra persona, que según testigos, huyó con sus pertenencias antes del suceso. Por lo que en ese momento no descartaron que se tratara de un víctima de escopolamina.
“Desde muy joven tuvo la vocación religiosa porque siempre fue una persona muy amable, dispuesta a ayudar”, aseguró uno de los familiares de la víctima.
Fiscalía reveló sustancia hallada en cuerpo de sacerdote encontrado muerto en un bar de Medellín
En los resultados iniciales conocidos por El Tiempo, el cuerpo del sacerdote habría reportado “negativo para sustancias”.
Ahora, este martes, la Fiscalía de Medellín informó que tras un examen toxicológico especializado, arrojó que el cadáver tenía grandes cantidades de alcohol.
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“Efectivamente hasta el momento nos arroja un exceso del grado de alcohol, es lo que nos dice Medicina Legal, pero estamos obviamente pendientes de los otros exámenes toxicológicos, que es de donde depende tomar decisiones ya de fondo sobre el caso”, explicó Ricardo Romero Moreno, director de la seccional de Fiscalía Medellín.