Hace unos meses conocí a Alejandro y Luisa en un conversatorio sobre Cocina de Casa, el libro la cocinera bogotana Tatiana Held, elegido por los Gourmand World Cookbook Awards 2023 como mejor libro independiente de cocina del mundo.
Unos días después me invitaron a una cena clandestina en el apartamento de él, en Chapinero. Inspirada en la cocina de Nariño, sirvieron platos como Hornado y dulce de chilacuán, mientras 12 personas compartimos la mesa, conversaciones sobre viajes e ingredientes, y un poco de la historia de vida de cada uno.
“Su hogar era el fuego” es el nombre de las cenas que desde octubre de 2023 hace en su apartamento Alejandro, de 32 años, nacido en Ocaña. Una suerte de joyitas clandestinas, quincenales, en Chapinero.
Algunos van con su pareja, otros con amigos, hay niños, adultos mayores y frecuentemente extranjeros buscando la experiencia de la comida casera colombiana y la buena onda que se genera cuando se comparte mesa con extraños.
Luisa Maya es la anfitriona que recibe a los asistentes y guía la experiencia mientras Alejandro cocina. En la cena, el maridaje suele ser con destilados locales, y el arte de la conversación es la estrella de la noche, antes que la cocina o el espacio.
GastroPop entrevista a Alejandro, el cocinero empírico detrás de las cenas.
¿De dónde nació la idea de las cenas Su hogar era el fuego?
En mi hogar siempre he cocinado, reunía a mis amigos para sentarnos y compartir alrededor de la mesa, después de varios años nacieron las cenas clandestinas con la idea de experimentar y dar a conocer los ingredientes, recetas y sabores de todas las regiones de Colombia que he visitado, y de poder generar encuentros improbables entre las personas.
¿Quiénes son los anfitriones?
Decidí convertirme en chef anfitrión después de trabajar diez años en desarrollo territorial y educación, recorriendo 27 de los 32 departamentos del país. Aprendí de las comunidades, las costumbres y tradiciones, pero especialmente aprendí como una mesa es el lugar ideal para generar encuentros entre personas y movilizar el desarrollo de campesinos, cocineras, transportadores y toda una cadena de valor.
Mi amiga Luisa Maya, que es bogotana, de padres chocoanos, es quien recibe y acompaña a los invitados en la experiencia.
¿Qué pasa en las cenas?
Personas conocidas y desconocidas se encuentran en un mismo espacio, compartiendo la mesa, compartiendo la vida, se presentan, responden algunas preguntas para conocerse mejor, y cuando empieza el servicio empieza una conversación alrededor de los platos, los ingredientes y la inspiración para crear ese menú.
Hay risas y momentos de reflexión y agradecimiento. Cuando termina el servicio, la mesa queda a disposición de los comensales, quienes pueden conversar libremente, responder preguntas de una baraja de cartas, o elegir algún juego de mesa, como una lotería o un juego de cartas que diseñamos para promover la cultura de Colombia.
También tenemos destilados ancestrales de Colombia, como el Viche Curao del Pacífico o el Bolegancho del Oriente de Colombia, que pueden degustar en un shot o en un coctel. Cada cena termina con una recomendación, y una foto de despedida. Después de las cenas las personas que se conocieron se han vuelto a encontrar para ir a conciertos, a teatro, a cafés o conocer otros lugares de la ciudad.
¿Cada cuánto se hacen?
Se hacen dos cenas clandestinas al mes, cada mes tiene un menú diferente, y participan hasta 12 personas en cada cena.
¿Qué inspira las cenas?
Cada menú está inspirado en una región de Colombia, tiene entre tres y cinco pasos, e incluye un coctel que hace alusión a la región, sus ingredientes, sus tradiciones, sus sabores. No son necesariamente platos típicos, sino la interpretación de esos ingredientes; esta inspiración también se puede combinar con la lectura de un libro o la colección de un artista, creando menús únicos.
¿Por qué suele haber extranjeros?
Los extranjeros se sienten atraídos por la novedad de conocer ingredientes de Colombia que no encuentran en restaurantes tradicionales; esa cocina y esos ingredientes que aún están solamente en las casas, en las casas del campo y las regiones apartadas de Bogotá. También les atrae la oportunidad de conocer a otras personas con las cuales viajar, conectar y explorar. Quieren la calidez de vivir una experiencia en un hogar para conocer Colombia a profundidad.
¿Cuánto vale ir a la experiencia?
Cada cena tiene un valor diferente, varía entre los $120.000 y los $160.000 por persona.
¿Qué perfil de comensales esperan?
Esperamos personas dispuestas a probar nuevos sabores, a descubrir ingredientes o recetas y que quieran compartir y hablar con desconocidos. Si son introvertidos, después del primer paso ya tendrán nuevos amigos.
¿Cómo se entera la gente?
La información está en mi perfil de Instagram @alejandromaldop y el de las cenas @suhogareraelfuego, donde además de promocionar las próximas fechas y actividades, subo videos de recetas y cocina colombiana.