¿Cómo es esto de mantener el juego a pesar de volver a clases?
Ese proceso de adaptación no es fácil para ninguno en la casa, para los papás tampoco lo es volver a la rutina y para los niños, pues se vuelve un momento muy tensionante, y todo lo que tiene que ver con el juego es importante para ellos para varias cosas: una es como distensionarse de todo lo que pasa en el colegio, del caos del colegio, de lo difícil que es volver a las rutinas. Y también se vuelve una herramienta maravillosa para ayudarlos a trabajar en su gestión emocional, porque a través del juego podemos enseñarles cosas maravillosas. Entonces eso es un plus que tenemos a través de este tipo de espacios.
Pero hay muchos papás que creen que cuando llega la época escolar se acabó el juego...
No, yo creo que todo lo contrario. Porque finalmente, cuando los niños llegan del colegio y uno llega de trabajar, ese es el momento para conectar con ellos, que es tan importante esa conexión, porque les ayuda en todo sentido. Entonces al contrario, creo que si bien puede que el tiempo se reduzca un poco, es muy, muy importante sostenerlo en casa.
¿Cuál es además la función cognitiva que tiene jugar por ejemplo con masas para moldear como las de Play-Doh?
A través de este tipo de masas y a través de este tipo de manualidades trabajamos muchas cosas en los niños. El tema de la motricidad fina se desarrolla mucho con este tipo de materiales, son muy fáciles de usar. Yo no sé si tú te acuerdas, pero lo que usábamos antes, la plastilina que era durísima y yo pensaba que no era tan fácil de usar, entonces pues esto tiene ese plus, que son masas que son muy fáciles de usar y adicionalmente pues no solamente es lo que sentimos con las manos, sino también los olores; todo eso despierta en ellos un montón de creatividad que también despierta el desarrollo de habilidades cognitivas que son muy importantes para ellos: la concentración, la atención, lo que te decía de la motricidad fina, principalmente.
¿Alguna actividad recomendada?
Pues yo creo que depende mucho de las edades, pero con niños pequeños son muy útiles para trabajar, por ejemplo, la tolerancia al malestar, porque pues los niños chiquitos no tienen la misma motricidad que tiene un niño de siete años, entonces el solo hecho de ponerlos a hacer bolitas ya eso está trabajándoles la tolerancia al malestar: que no me quedó perfecta, entonces yo tengo que respirar y tengo que volverlo a intentar. Ya con niños más grandes, pues hay infinidad de cosas, podemos enseñarles a contar con plastilina, con las bolitas, y creo que ese es un material que se presta para trabajar con todas las edades.
Es decir, también puede ser un complemento educativo…
Totalmente, uno aprende más jugando que sentado con un profesor diciéndote: es uno más uno. Entonces creo que es una posibilidad grande para reforzar, como ese caos que de pronto traen del colegio, que en casa sea un poco más amigable.
¿Qué recomendaciones de juguetes y de actividades le puedes dar a los padres?
Creo que no es desconocido para ninguno de nosotros que hoy en día las pantallas se han robado el día a día de nosotros con los niños y la posibilidad de los niños de crecer y aprender. Entonces creo que es muy importante que los niños tengan a la mano juegos de que les provean manualidades, que les permitan usar su creatividad, que también exista el tema de juego de roles en el que también podemos participar los papás: ese tema de jugar a las princesas, jugar a los unicornios, jugar a los caballeros, todo eso. El impacto que se tiene a nivel de desarrollo es increíble. Y hoy el problema que tenemos es que los niños están enchufados en un televisor, en una pantalla y se pierden de desarrollar todas las habilidades que quizás nosotros desarrollamos cuando éramos chiquitos, porque no había otra opción que jugar. Entonces esa parte es muy importante.
¿Cómo convencer a esos padres chapados a la antigua que no creen en el empoderamiento de sus hijos?
Yo creo que los papás tienen que pensar en qué quieren desarrollar de sus hijos, de pronto pensar en qué cosas me faltó desarrollar a mí para poderles dar eso a los niños. A veces creemos que la crianza respetuosa es dejarlos hacer lo que quieran y estamos muy lejos de eso; es darles un poco de alas para que ellos puedan tomar decisiones, pensar, ser críticos, pero enmarcados en unos límites. Entonces creo que es ese punto medio entre te doy límites, pero también te doy amor y te doy validación.
¿De qué hablamos cuando hablamos de crianza respetuosa?
La crianza respetuosa tiene muchas definiciones, pero creo que no es otra cosa que poner límites con amor. Creo que es que los niños entiendan que está bien sentir sus emociones, que pueden llorar, que pueden estar tristes, bravos, lo que sea, pero eso no implica que podamos traspasar unos límites. Pero entonces ya yo no pongo los límites desde el miedo, sino que pongo los límites desde el amor.
¿Cómo te sientes con la responsabilidad de no sólo ser una psicóloga clínica, sino ser también una influencer para mamás y para papás?
Es una responsabilidad grande, porque es como yo digo: tengo que hacer lo que enseño. Entonces todos los días me enfoco mucho en poner en práctica lo que enseño para poder ser muy honesta y decirle a los papás: bueno, esto funciona, pero esto también es muy difícil. Si bien es una responsabilidad, me motiva todos los días a practicar lo que estoy enseñándole a los papás.