El sexo no solo es beneficioso para la salud, sino que también puede ser una fuente de felicidad y conexión en pareja. Sin embargo, en la ajetreada vida moderna, encontrar el tiempo y la energía para una vida sexual activa puede convertirse en un desafío. A veces, se deja al final de la lista de prioridades, pero con algunos ajustes simples, puedes recuperar el entusiasmo y asegurar encuentros más placenteros, detalló el Daily Star.
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Estudios recientes revelan que no necesitas largas sesiones para disfrutar de una vida sexual plena. De hecho, según expertos en relaciones, el tiempo que dedicas a cada fase del sexo puede ser clave para garantizar el placer y la satisfacción.
De 3 a 7 minutos sexo “adecuado y 13 el sexo “deseado”
Olvídate de los encuentros maratónicos. Investigaciones publicadas en el Journal of Sexual Medicine señalan que una sesión sexual “adecuada” puede durar entre 3 y 7 minutos, lo que es suficiente para liberar una dosis de hormonas que mejoran el estado de ánimo y fortalecen el vínculo en pareja. Además, el tiempo “deseable” para muchas personas está entre siete y 13 minutos.
Según la experta en relaciones, Charlotte Johnson, “lo importante es tener en cuenta las necesidades de ambos, ya que no existe una fórmula única”. Lo ideal es enfocarse en la calidad del momento más que en su duración.
Unos 13 minutos de juegos previos
El preludio es una parte fundamental del encuentro sexual. Los expertos recomiendan dedicar al menos 13 minutos a esta fase antes de pasar a la penetración. Este tiempo no solo ayuda a intensificar la química entre la pareja, sino que también aumenta la probabilidad de alcanzar el orgasmo, especialmente en las mujeres.
Un estudio reveló que, en promedio, las mujeres necesitan alrededor de 13,41 minutos para alcanzar el orgasmo, lo que subraya la importancia de no apresurarse en el preludio. Además, el orgasmo no solo es placentero, sino que también aporta múltiples beneficios a la salud, como la mejora del flujo sanguíneo en el cerebro, lo que activa diversas áreas cerebrales y proporciona una sensación de bienestar.
La hora ideal para tener sexo: en la mañana
Aunque la mayoría de las parejas optan por tener relaciones sexuales por la noche, los expertos recomiendan probar en las primeras horas de la mañana, específicamente 45 minutos después de despertar, cuando los niveles de energía están en su punto máximo. Esta franja horaria puede mejorar el rendimiento y la satisfacción durante el encuentro. Además, los orgasmos liberan hormonas como la oxitocina y la prolactina, que ayudan a conciliar el sueño y a descansar mejor.
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Por otro lado, el estrés matutino suele alcanzar su punto más alto alrededor de las 10:45, lo que significa que las relaciones sexuales a media mañana pueden no ser tan placenteras para la mayoría de las personas.
Besos por 5 minutos
Otro aspecto importante en el sexo son los besos, pues dichos actos de cariño suelen mejorar la actividad sexual. Los especialistas, de hecho, recomiendan que las parejas se besen antes de iniciar el juego previo del sexo. Estos besos no pueden ser con los labios fruncidos, pues esa actitud molesta a la otra persona. Sobre le extensión de los ósculos esta debe ser de 10 segundos a 5 minutos, ojalá el máximo de tiempo.
Esta “costumbre” no solo aporta al buen sexo, sino que también los besos largos también ayudan a tener una buena salud, pues fortalecen el sistema inmunológico de cada persona.
Los mejores orgasmos en el día 14
Según publica el Star, las mujeres obtienen mejores orgasmos a la mitad de sus ciclos menstruales, por lo que los días 14 son clave para tener los mejores actos sexuales.
“Una revisión de 2015 publicada en la Biblioteca Nacional de Medicina explicó que las mujeres se sienten más excitadas en ese momento debido al pico de estrógeno”, asegura la publicación inglesa.
Una vez a la semana es suficiente
En cuanto a la frecuencia, no existe una regla fija. Lo más importante es que la pareja esté satisfecha con la cantidad de veces que tienen relaciones sexuales. Según estudios recientes, tener sexo una vez a la semana es suficiente para mantener una relación saludable y feliz.
Forzar una mayor frecuencia podría incluso disminuir el deseo y la satisfacción, por lo que es mejor encontrar un equilibrio que funcione para ambos. La clave está en la calidad de cada encuentro y en mantener la comunicación abierta con la pareja sobre las necesidades y deseos mutuos.
Recuperar la chispa en la vida sexual no tiene por qué ser complicado ni demandar largas horas. Con pequeños ajustes en el tiempo que dedicas a cada fase del encuentro y priorizando la conexión con tu pareja, puedes garantizar una experiencia más placentera para ambos.
