Los océanos, que cubren más del 70% de la superficie de nuestro planeta, desempeñan un papel crucial en la regulación del clima global y son fundamentales para garantizar la vida en la Tierra. Sin embargo, el cambio climático, que ya ha llegado a los rincones más profundos e inhóspitos del planeta, está teniendo un impacto devastador en los ecosistemas marinos, y Colombia no está exenta de esta realidad.
Abajo las aguas arden
Uno de los efectos más evidentes de la crisis climática en los océanos en Colombia, que se extiende a nivel global, es el aumento de la temperatura del agua. Según estudios del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (INVEMAR), las aguas en cercanía al territorio colombiano han experimentado un aumento de temperatura aproximada de 0.5°C en las últimas décadas.
Este aumento ha contribuido al blanqueamiento de los corales, una grave amenaza para la biodiversidad marina. Algunas especies dependen de ciertas temperaturas para reproducirse y alimentarse, por lo que el cambio repentino podría terminar en una cadena de sucesos desafortunados que inevitablemente afectan el equilibrio del entorno y todos los sistemas que dentro de él se gestan.
Corrientes que se acidifican
Otra consecuencia a destacar, como consecuencia de la crisis climática actual, es la acidificación de los océanos. La absorción de dióxido de carbono (CO2) por parte de los océanos está cambiando la química del agua, volviéndola más ácida. Esto afecta a las especies marinas que dependen de ciertos niveles de acidez para su supervivencia, como los corales y los moluscos.
Aquí, nuevamente el equilibrio, que garantiza la vida dentro y fuera de los ecosistemas marinos, así como la preservación de su biodiversidad, está en riesgo. Especies como el coral negro, que son vitales para los ecosistemas marinos, están en peligro debido al blanqueamiento y la acidificación, como lo advierte el Informe Especial sobre los Océanos y la Criosfera en un Clima Cambiante (SROCC) del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Esto no solo afecta a la vida marina, sino también a las comunidades costeras que dependen de estos ecosistemas para su sustento.
La marea sube
Como ya se ha hecho evidente, el aumento del nivel del mar es una amenaza inminente para las zonas costeras de Colombia. En el país, ya se han presentado casos de desplazamiento por efectos del cambio climático a causa de la erosión costera los departamentos de Córdoba, Magdalena, La Guajira, entre otros.
Según las proyecciones hechas por el IPCC, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), y diversos centros de investigación climática y oceanográfica en todo el mundo, se estima que el nivel del mar podría aumentar hasta 1 metro para finales de este siglo. Esto podría provocar inundaciones catastróficas en ciudades costeras como Cartagena y Barranquilla, poniendo en peligro a millones de personas.
Ante estos desafíos, es crucial que en el país se tomen medidas urgentes para mitigar los efectos de la crisis climática en sus ecosistemas marinos. Esto incluye la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la protección de los océanos y todas las especies que los habitan, así como la promoción de prácticas sostenibles en las comunidades y ciudades costeras.
El mar, la energía de nuestras casas
El mar, la energía de nuestras casas, es una iniciativa que busca resolver las dificultades de acceso a la energía en el municipio de Nuquí (Chocó), aprovechando el movimiento de las olas del mar. Esta iniciativa fue la ganadora del Reto Innovación para la Adaptación al Cambio Climático del Ministerio de Minas y Energía 2023.
El estímulo otorgado permitirá materializar esta propuesta, que consiste en la construcción y validación de un sistema undimotriz que, inicialmente, proporcionará energía a un hotel ubicado a orillas del mar. Sin embargo, Jonathan Gutiérrez, ingeniero mecatrónico encargado del proyecto, señaló que se buscará ampliarlo a toda la comunidad: “nuestro interés no es solo instalar el sistema en un hotel. Queremos crear centrales undimotrices para generar electricidad. Esto soluciona el problema de la zona (…) usando el mar, algo que la comunidad conoce muy bien”.
La propuesta que Jonathan y Edwin presentaron y sustentaron hace unos meses en la celebración de este reconocimiento, podría reemplazar las plantas de diésel que se utilizan en la región y garantizar el flujo permanente de energía sin producir daños ambientales.
Estas iniciativas, que buscan mejorar el bienestar de comunidades rurales, iniciarán su implementación en 2024. Este premio destaca la importancia de la innovación y el compromiso en la protección de los océanos y las posibilidades de construir un futuro más sostenible para todos y todas.
Si quieres saber más sobre cómo avanza la descarbonización en los distintos sectores de la sociedad, te invitamos a que visites el sitio de Camino Hacia Carbono Neutral. Allí encontrarás todo lo que necesitas saber sobre acción climática y descarbonización en Colombia y el mundo.
Camino Hacia Carbono Neutral es un proyecto financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality América Latina en alianza con la Procuraduría General de la Nación. Desde el proyecto se busca construir lazos y así conectar a las instituciones y a la sociedad civil con alternativas y soluciones frente a la crisis climática, por medio de la creación de herramientas y alternativas que permiten incluir la descarbonización como parte esencial de la acción climática en el país, que buscan construir comunidades resilientes a la crisis.
Para conocer más sobre fenómenos y situaciones asociadas a la crisis climática y las alternativas que tenemos para hacerle frente, te invitamos a escuchar “El aire que respiro”: