Pereira: qué hacer en el paraíso más privilegiado de Colombia

El bioparque Ukumarí, catar frutas e ir a una cosecha de cacao son algunos de los planes más interesantes en esta parte del Eje Cafetero.

Pereira en el ‘Festival del Chupe’ o el ‘Festival de la Cosecha’ tiene, más allá de una gran cantidad de actividades culturales y artistas de primera línea, una oferta para todo el año que lo maravillará por las innovaciones que han hecho en cuanto a sostenibilidad y conservación del mayor tesoro de Colombia: su biodiversidad y su enorme oferta en cuanto a agricultura y vida saludable.

Es así como la ciudad, apoyada por la Alcaldía y por estamentos privados da una oferta que ofrece un clima y parajes inigualables para vivir experiencias que acercan al turista con la naturaleza y ofrecerle imágenes inolvidables.

Y todo sería una frase de postín si por ejemplo, quienes van a visitar la Cascada los Frailes, en uno de los corredores ecológicos recuperados cerca al Otún, no se dejaran de maravillar con los bosques de niebla, los coloridos ‘caballitos del diablo’ o la infinidad de mariposas que hay al comienzo del recorrido ecológico y que hacen de ‘Encanto’ una imagen que palidece ante la variedad de especies y colores de estos animales.

Pero sin duda donde se hace una verdadera transformación a nivel de fauna es en el Bioparque Ukumarí, el mayor refugio de vida silvestre de Colombia y en donde se rescatan animales traficados, maltratados y otras especies vulnerables.

Y en un país donde tan solo en 2021 fueron incautados 18.636 animales, el desafío es enorme, pero a su vez, se cuenta con una infraestructura y un pool de profesionales adecuados para dar cobijo a pumas, loritos, osos de anteojos, águilas víctimas de caza (a quienes rehabilitan con ayuda de la Universidad de los Andes), hipopótamos, jirafas, elefantes y otras especies que de un modo u otro ya no pueden reintegrarse a la vida silvestre.

Así, en un espacio de 820 mil kilómetros cuadrados y en instalaciones de primera calidad, el visitante aprende más de la vida silvestre, de cómo se readaptan a estos animales con juegos y también de la cultura originaria a través de los mitos y las leyendas.

A su vez, puede ver la integración que ha hecho el establecimiento con comunidades como la Emberá (en Risaralda habitan más de 20 mil individuos de este grupo étnico) a través de su venta de artesanías y bailes. Esta transformación se ha dado en casi ocho años.

“Colombia viene evolucionando en el tema de los zoológicos, buscando que no hayan más lugares que sean pisos de cemento, jaulas, barrotes, que no representan el espacio natural de los animales. Así, estos parques educan a la gente sobre cómo deben vivir los animales. El país es rico en biodiversidad, pero también es un lugar donde hay  destrucción del hábitat y tráfico ilegal, porque a la gente le encanta tener animales silvestres como mascotas. Entonces la idea es que desde estos parques se pueda generar conciencia, porque los animales que hay acá han sido decomisados por las autoridades ambientales, que ya no se pueden devolver a su ambiente natural y que necesitan vivir en lugares donde puedan estar, ya que pierde la capacidad de supervivencia. Por eso es que creamos un lugar así: donde hay investigación, conservación y apropiación del conocimiento y de esta manera, ayudar a que no se extingan más especies”, le dice a NUEVA MUJER COLOMBIA Sandra Milena Correa, gerente del Bioparque. “Debemos vivir en armonía para construir un entorno mejor y donde quepan todos”, añade.

Pero el Bioparque no limita su incansable labor, en la que participan más de 100 empleados,  con la vida silvestre: también tienen un centro donde recogen animales domésticos  callejeros para adopción y tratamiento donde se involucra a los ciudadanos y que también cuenta con un remolque donde salen a rescatar a estos animalitos abandonados.

  “Pronto inauguramos un centro llamado Pelulandia, que suena a colores. Es un refugio para perros y gatos, porque a veces es difícil que adopten animales. Entonces, con ayuda de la Alcaldía, colocaremos un sitio en el que al finalizar el recorrido, la gente se enamore de ellos y los adopte”, expresa Correa, que más allá de las polémicas recientes, ha cumplido, con valentía y entereza, una misión titánica en un país donde hasta ahora se está aprendiendo del valor de la fauna gracias a lugares como Ukumarí.

De cacao, frutas y café: otros planes para hacer en Pereira

En los años 80 y 90 Colombia consolidó su posición como país productor de café, y gracias a telenovelas como ‘Café con aroma de mujer’ muchos aprendieron cómo se vivía la cultura cafetera.

Pero más allá de la imagen idílica de la hacienda y la recolectora, los herederos de productores y tostadores están creando para los visitantes experiencias de cata donde se puede ver que por un lado, hay pequeños productores que están innovando en sus mezclas e injertos.

Y dos, que en Colombia se debería tomar mejor café a nivel local. Esta es la labor educativa de Jackson García, co fundador de la marca Tercer Cielo, café de autor que muestra el cambio histórico y generacional de los pereiranos que viven de esta industria.

“El café está de moda actualmente. Sin embargo, debemos dejar a un lado todo lo que tiene que ver con el marketing e identificar qué es un verdadero café de origen, pues nuestros caficultores son los que día a día están trabajando desde las 5 de la mañana hasta las 6, 7 de la noche, expuestos al sol y al agua, y son los que menos beneficio reciben al momento de comercializarlo. Por ende, lo que debemos nosotros garantizar es poder comprar una marca que nos permita identificar la finca, el nombre del caficultor, toda la caracterización organoléptica y de esta manera estamos apoyando verdaderamente un café de origen y un café de calidad”, le expresa a Nueva Mujer Colombia.

Así, a través de asesorías, y su producto están cambiando la concepción de este alimento desde hace cinco años. Y esto es lo que también está haciendo Alejandra Sanint, encargada de hacer experiencias con cacao y en nivel de volverlo premium para exportación y para dar un recorrido a través de la cultura de cultivo de la región.

De esta manera, a través de Sanint Nature, usted puede disfrutar de una degustación de la gastronomía de la región, que va desde arepas y chorizo, hasta comer frutas como el chontaduro, pitaya, entre otras. Por supuesto, también podrá apreciar su jardín orgánico o comer un sancocho típico del Eje en su maravillosa Hacienda Maracay.

Esta también complementa una experiencia con tardes inolvidables en medio de cielos rosados y palmeras en la Hacienda La Lorena, una casa con más de un siglo de antigüedad, reformada en toda su exquisitez para disfrutar del silencio, la relajación y la comodidad absoluta.

En este sentido, Pereira, que ya es un refugio de visitantes y migrantes de otras partes del país, ofrece una variedad de experiencias que son únicas en la oferta turística y natural del país y en donde se ha entendido que lo que más hay que cuidar es precisamente todo lo que se tiene y que maravilla a simple vista.

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