En los últimos años, los científicos han tomado más interés en lo que respecta a las erupciones solares, centrando varias de sus investigaciones en ellas y en cómo afectan las zonas de impacto. Y un nuevo caso de estudio viene luego de que un estallido de plasma golpeara al planeta Venus con un choque abrasador.
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Esta es la segunda erupción que ha golpeado a Venus en una semana; otra llegó a impactar desde el Sol el miércoles, 30 de agosto, y llegó al planeta tres días después justo cuando la nave espacial europea Solar Orbiter pasó volando para captar todo el acontecimiento que tiene preocupados a los científicos.
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Georgo Ho, físico solar del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, comentó en una entrevista con el portal SpaceWeather.com que la última erupción “no fue un evento corriente”.
“Puedo decir con seguridad que el evento del 5 de septiembre es una de las tormentas de partículas energéticas solares más grandes que hemos visto hasta ahora desde que el Solar Orbiter se lanzó en 2020″, dijo Ho, quien es uno de los investigadores principales del Instrumento Detector de Partículas Energéticas a bordo del Solar Orbite.
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Por otro lado este evento en Venus ha puesto en vilo a muchos astrónomos ya que se cree que la fuente de la poderosa erupción es la región de manchas solares AR3088, que cruzó el lado del disco del Sol orientado hacia la Tierra en agosto y probablemente se ha convertido en una fuerza mucho más poderosa desde que desapareció de la vista de la Tierra.
Y debido a la rotación del Sol, la mancha solar se enfrentará a nuestro planeta nuevamente la próxima semana, dijo Ho a SpaceWeather.com, lo que significa que la Tierra también puede estar en la mira de cualquier actividad del clima espacial pronto. Y si es de la misma magnitud, lo resultados pueden ser de cuidado.