Las brumas revelan montañas infinitas, y ese entrañable paisaje cafetero, lleno de palmeras de iraca y plátano, que cualquier visitante puede disfrutar luego de un viaje a Medellín y seis horas por carretera.
Pero también un pueblo mágico que ha sabido reinventar su identidad a través de su producción cafetera y artesanal y cómo no, al rescatar para la contemporaneidad su máxima expresión de identidad: el sombrero aguadeño, que tiene denominación de origen, pero al que varias mujeres de nuevas generaciones han querido darle otros significados.
Aguadas es un pueblo de mujeres artesanas. Artesanas que como miles de sus colegas a lo largo y ancho del país, tienen que ver su saber milenario perderse en la precariedad y en un oficio que no es rentable. Un arte y un saber que está mediado por intermediarios que invisibilizan los rostros y las manos y que no llegan a reconocer el justo valor de su labor. Por esta razón, desde la misma Alcaldía del pueblo se crearon unos premios, “Somos Artesanos”, que llevan dos versiones y que estimulan la creatividad de las artesanas y también se muestran sus historias. Entre las múltiples categorías (la máxima es la del Sombrero Extrafino) también hay quienes compiten en innovaciones creativas si se habla de artesanías y a su vez, mujeres jóvenes que quieren mirar más allá de este oficio como método de subsistencia.
“En Aguadas ahora traen artesanías de otros lados y quería presentar algo distinto para que lo consuman. Y me gusta participar en este concurso, ya que podemos mostrar que se hacen más cosas con la Iraca, ya que al sombrero no lo valoran económicamente”, le dice a PUBLIMETRO Martha Nidia Lotero, artesana ganadora en la categoría “Artesanía” y quien creó un bolso que podría hacer perfectamente parte de un catálogo de un diseñador. Estos nuevos aires también inspiran a Paula Andrea Gómez Dávila, joven artesana que ganó en la Categoría Juvenil y cuya madre y abuela son tejedoras. “Lo hago porque aprecio la tradición del pueblo y nuestro trabajo debe ser valorado, como insignia del pueblo. Los jóvenes están desconectados, porque el sombrero es poco rentable, pero lo hago porque me nace hacerlo. Somos Artesanos hace que los jóvenes se animen a participar y que todo este saber sea valorado, así como visibilizado”, le dice a PUBLIMETRO.
Paula es de las nuevas generaciones de artesanas que no quieren ver este saber como algo cotidiano, sino como un elemento cultural que puede ser proyectado más allá del acogedor pueblo y sus exquisitas casas coloniales. “Somos alrededor de 600 y hay poco relevo generacional. Pero esto se lleva en el corazón y es un honor como mujer aguadeña seguir renovando esta tradición. Por eso, esto no es hacer solo un sombrero, es sostenerlo en el tiempo. Reconocimientos como los de Somos Artesanos motivan a las tejedoras y a la comunidad, pero sobre todo a los jóvenes, a que participen. Es importante para nosotras, ahora mismo, que la artesanía evolucione y sea más valorada. Y debemos dignificar la labor de las tejedoras, ve más allá, dar a conocer nuestro producto y generar más valor en la cadena de comercialización. Porque no hay una máquina que reemplace estas manos”, le cuenta a PUBLIMETRO Alba Cecilia Arcila García, de 23 años, y ganadora de la máxima categoría del Sombrero Extrafino en la primera versión de “Somos Artesanos”.
Alba, como muchas jóvenes colombianas de su generación, encarna la palabra “empoderamiento”. Un término que más allá de ser un cliché ha sido una realidad luchada en un pueblo que a través del pasillo y la defensa del folclore andino- tal y como se vio en el Festival Nacional del Pasillo, donde concursaron varios grupos de todo el país para preservar este arte- también quiere hacer pervivir su tradición dando rostros y sobre todo, el pago justo y reconocimientos, a sus tejedoras.
Iragua Ancestral, moda, empoderamiento y socialización
La abogada Milena Franco es la creadora de la única marca de sombreros aguadeños en el país que sigue las claves del siglo XXI: a través de sus diseños creativos se aleja del modelo tradicional para ofrecer modelos más versátiles. También, ha buscado que la marca sea sostenible y un punto de encuentro y fortalecimiento para las tejedoras, que fueron afectadas en la pandemia, muy a pesar de la ayuda estatal: de esta manera, en su relato se pueden ver a todas las mujeres, fotografiadas, que han tejido los sombreros que ahora llevan muchos portadores, que reconocen sus caras y les dan su pago directo.
Ellas son el centro de su marca y también el alma de su acogedor espacio físico, donde se dictan talleres y también se venden otros productos como muebles y accesorios con estas técnicas. La idea de Milena es seguir empoderando a las tejedoras y preservando este saber. Y lo comunica a través de lo digital: “Muchas aguadeñas se han visto reflejadas en las fotografías y esa es la idea: ya varias ven a otras ahí y se retratan. La tejedora ha perdido el empoderamiento, ya que está sometida al juzgamiento, sobre todo de compradores hombres, y se les juzga por su producto. Esto también les mutila la oportunidad de ser creativas”, le cuenta a PUBLIMETRO.
Franco también narra cómo el proyecto nació en pandemia y cómo ha acercado a las tejedoras al consumidor. “Aunque tenemos fama nacional y mundial, generalmente desconocemos los rostros de quienes están detrás. Por eso, nuestro reto es dar a conocer a los integrantes de la cadena de valor y dar conciencia y dignificación de lo que estaba descuidado. Así, estamos diversificando las actividades para motivar a la juventud e impactar a este relevo generacional, haciendo ferias y haciendo pasarelas donde desfilan las propias hijas de las tejedoras, mostrando a su vez el trabajo de sus parientas. Coco Chanel es mi inspiración y el ver cómo rompió esquemas, me inspira para que las mujeres que van al espacio sigan con la tradición, pero sean creativas. Antes, en Aguadas, se hacían pasarelas. Queremos volver a ese código, por lo que escogimos a modelos de la zona rural para realzar su belleza y usar un sombrero que va más allá de las tendencias políticas actuales. No, no es símbolo de un partido político o de la ‘gente de bien’. Es un producto vivo, con historia, con tradición y con historias detrás. Nosotras queremos estudiar habilidades de otras tejedurías y actualizarnos, así como aplicar otras técnicas. Y esto también se ve en cómo las artesanas crearon hasta vestuarios con croché”, explica.
En Aguadas es famosa la historia del “Putas”, ese hombre que todo lo puede y nada teme. Ahora son las mujeres jóvenes quienes han heredado su espíritu, con ese mismo tesón y visión que ha hecho parte de su leyenda por siglos, a través de espacios y tradiciones que reinventan para que sean tan majestuosos y atemporales como sus montañas mismas.
Lugares para visitar en Aguadas
-Arte Amorati: restaurante con un amplio y acogedor espacio que sirve helados originales. Hay más de diez.
-Café Bruma: su dueño es especialista en filtrar el café con métodos poco tradicionales.
-Pueblito Viejo: aparte de ser la recreación del “Pueblito Paisa”, puede usted tomarse un café mirando la vista y las montañas.
-Café del Parque: el lugar más sofisticado de Aguadas, donde se combinan varias formas de café con un menú gourmet.
-Trukky’s: la legendaria marca de piononos (bizcocho de brevas, arequipe y dulce de guayaba) también tiene un lugar acogedor para degustarlo con un café.