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Desde la orquesta de Wilfrido Vargas hasta Ajena: Eddy Herrera le contó su trayectoria a Publimetro

El cantante de merengue habló con Publimetro de su carrera musical.

Eddy Herrera
Eddy Herrera Créditos: Helber Vargas de Publimetro

Eddy Herrera ha trascendido como una de las grandes figuras del merengue gracias a una carrera que supera los cuarenta años de trayectoria ininterrumpida. Desde sus inicios junto a la orquesta de Wilfrido Vargas hasta su consolidación como solista, Herrera ha impreso su sello inconfundible en cada interpretación: una mezcla de potencia vocal, sabor caribeño y un dominio escénico que enciende cualquier pista de baile. Con éxitos tan vigentes como Ajena, Perdóname o Déjame Volar, ha logrado no solo capturar la esencia festiva del merengue, sino también renovar sus formas y matices, incorporando arreglos modernos sin perder la cadencia y la sabrosura que distinguen a este ritmo tropical.

Más allá de sus emblemáticas melodías, Eddy Herrera se ha convertido en un auténtico embajador cultural del merengue, manteniendo viva una tradición que, pese al auge de otros géneros, perdura en bandas, festivales y celebraciones populares de toda América Latina. Su capacidad para fusionar el merengue con sonidos contemporáneos —sin renunciar a la base rítmica tradicional— ha abierto puertas para nuevas generaciones de artistas y ha demostrado que este género caribeño conserva toda su relevancia y fuerza. Hoy, Herrera continúa regalándonos canciones inolvidables y reafirmando que el merengue no es solo un estilo musical: es una forma de vida, una invitación permanente al baile y al gozo compartido.

El merengue es un género rodeado de nostalgia que quizá ya no está tan presente en el mainstream, pero sigue siendo el alma de muchas fiestas, sobre todo en Bogotá. ¿Por qué crees que el merengue tiene esa habilidad de hacer bailar a la gente? ¿Por qué canciones tuyas, como “Ajena”, o las que grabaste con la orquesta de Wilfrido Vargas, siguen sonando con fuerza en las fiestas colombianas?

El merengue lleva más de 40 años activo. Llegó un momento en que fue el número uno a nivel tropical, peleándose ese puesto con la salsa, cuando todavía no existía el reguetón. Entonces, fue una época de oro. Gente de mi generación, adultos mayores también, abrazaron el merengue. Y los hijos de esa generación crecieron con eso.


El ritmo del merengue es único. Es una delicia. Cuando yo me subo a un escenario —llevo ya 40 años de carrera— es una locura lo que pasa. Veo a la gente abajo, bailando, levantando los brazos… es algo grandioso, de verdad.

Y ahora que lo mencionas, pareciera que el merengue ha influenciado muchísimo a los géneros actuales. Vimos a Karol G con un tema con base de merengue, a Rosalía, incluso Bad Bunny ¿Por qué crees que el merengue sigue presente en la música actual?

Bad Bunny grabó merengue, y eso fue un hit. Karol G también, su videoclip lo grabó allá en Dominicana y la base es totalmente merengue, aunque no tenga saxos ni trompetas.

La sabrosura, lo potente, lo enérgico del ritmo del merengue es único. Por eso se puede fusionar fácilmente, sobre todo con reguetón. Ese “tun cha tun cha tun cha” del reguetón cae perfecto con el merengue. Yo mismo hice fusiones durante unos cinco años. Le metía a mis canciones un 70% merengue y 30% reguetón. Pero la gente me dijo: “Eddie, deja que los reguetoneros hagan su reguetón, tú quédate con el merengue”. Y les hice caso. Volví al merengue 100%.

Estuviste en escena con Wilfrido Vargas en esta edición de Viva el Merengue, con quien iniciaste. ¿Tienes alguna anécdota especial junto a él?

Yo tenía apenas cinco o seis meses en la orquesta de mi papá musical, Wilfrido Vargas. Tenía un problemita como cantante no, ¡pero como bailarín sí! Era malo.

Los otros eran buenísimos bailando. Y un día, en un vuelo de Miami a San Francisco en 1987, él me sienta al lado de la ventana y me empieza a hablar: “A propósito de la nieve…”.

Y de repente me dice: “Tengo cinco bailarines. Jorge Gómez no es dominicano y baila como un ninja. Rubby Pérez, otro fenómeno. Y tú tienes un seis. ¿Te imaginas que te devuelvan a Santiago por no saber bailar?”

¡Me amenazó! Literal. Así que llamé a uno de los muchachos y me fajé: lunes, martes, miércoles y en el siguiente show yo parecía un ninja brincando.

Fue un aprendizaje brutal. Me tocó bajarme más, entregarme y respetar mi trabajo. Yo soy el líder, estoy al frente, me muevo, claro, pero los que hacen la coreografía son mis bailarines. Yo me concentro en cantar, en conectar con mi gente.

Hablemos un poco sobre el futuro del merengue. Esta es la última edición de Viva el Merengue, lo que se siente un poco agridulce. ¿Qué opinas sobre estos espacios y sobre el anuncio de su cierre?

Con todo respeto para los empresarios, no creo que debieron anunciar un retiro. Sergio Vargas y yo venimos a Colombia cada 15, 20 días. Y estamos en los grandes festivales tropicales, junto con el reguetón, la salsa, el vallenato, todo.

Yo te aseguro que antes de noviembre hay otro festival. Ojalá así sea, para estar en primera fila y darle con todo.

Yo siempre estoy abierto. Si me llaman con tiempo, porque tengo la agenda apretadita, voy feliz. Y más si es aquí en Colombia. Ustedes no tienen idea cuánto amo este país.

Eddie, hablemos de ‘Ajena’, un clásico que nunca falta en las fiestas. La gente la canta, la grita, la dedica ¿Cuál es la historia detrás de esa canción?

¡Ajena es poderosísima! Si vas a Spotify, tiene muchísimos oyentes. La segunda más escuchada mía no llega ni a la mitad. Tiene algo especial.

Pero la historia no me pasó a mí, fue al autor, Alejandro Montero. Él escribió que se enamoró de una mujer, ella le correspondió, vivieron días muy intensos…

Y de repente, ella le dice: “Eddie, yo no puedo seguir contigo. Tengo que confesarte algo: yo soy ajena”. Eso fue como toparte con una puerta impenetrable. Tremenda historia. Y hay una segunda parte que grabé con Olga Tañón: se llama ‘Ya no soy ajena’.

Gracias por tanto cariño. Estoy muy agradecido con lo que me han dado durante tantos años aquí en Colombia. Seguiré dándole con todo a mi música, a mis conciertos, a mis grabaciones y redes sociales.

       

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