Shakira es una de las artistas más destacadas de Colombia, ha sido muy recordada y apreciada por la música que ha acompañado a sus seguidores durante varias décadas, pero con el reciente lanzamiento de su álbum ‘Las Mujeres Ya No Lloran’ y el tour que lleva el mismo nombre, gira que está pronta a iniciar en Latinoamérica empezando por Brasil. Desde ya muchos fanáticos de la barranquillera se preparan para vivir su regreso a los escenarios, sin embargo, otros recuerdan el fatídico concierto de Shakira en el que asistentes terminaron muertos y heridos.
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En la historia de los escenarios de Shakira, varias veces la barranquillera ha visitado su ciudad natal para compartir con su gente, pero según El Tiempo uno de estos shows en la ciudad del Caribe, en febrero de 1996, terminó en una fuerte tragedia a causa de una estampida humana a las afueras del evento. Según lo reportado en la fecha, el incidente terminó en tres fallecidos y más de 40 personas heridas, un capítulo que sin duda marcó a la barranquillera.
Las víctimas fallecidas de esta tragedia fueron Michel, un joven oriundo de Barranquilla, cuya vida quedó truncada en medio del caos. También perdió la vida Yilena Tapias Jiménez, una joven de 19 años, procedente de Plato, Magdalena, quien había viajado con gran ilusión para escuchar a Shakira. La tercera víctima fue Wilson Maldonado Fontalvo, de 31 años, residente en Santo Tomás, Atlántico, quien, al igual que muchos otros asistentes, jamás imaginó que la noche terminaría en tragedia.
¿Cómo evitar las estampidas humanas?
Las estampidas humanas, como la ocurrida en el pasado concierto de Shakira, son tragedias evitables que suelen ser consecuencia de una falta de organización y control en eventos masivos. La ausencia de protocolos claros de ingreso, la venta excesiva de boletos y la mala gestión del flujo de personas generan situaciones de aglomeración extrema, donde el pánico y la desesperación pueden desencadenar desenlaces fatales.
Cuando no se establecen medidas adecuadas de seguridad, como rutas de evacuación bien señalizadas, personal capacitado para controlar multitudes y barreras estratégicas para regular el acceso, el riesgo de estampidas aumenta considerablemente. Este tipo de incidentes evidencian la necesidad urgente de que los organizadores y autoridades implementen planes de contingencia efectivos para proteger la vida de los asistentes.
