A 25 años de su estreno, la telenovela ‘Yo soy Betty, la fea’ continúa consolidándose como un fenómeno mundial. Creada por el fallecido guionista Fernando Gaitán, la producción ha sido emitida en más de 180 países, doblada a más de 25 idiomas y adaptada en más de 30 versiones internacionales. Actualmente, en su retransmisión por RCN, la historia de Beatriz Pinzón y su ascenso en Ecomoda sigue ganando adeptos, registrando altos índices de audiencia y demostrando que su magia permanece intacta.
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El legado de Betty no solo se refleja en las cifras, sino también en su capacidad de adaptarse a nuevas generaciones. Este 2024, Amazon Prime Video estrenó ‘Yo soy Betty, la fea: la historia continúa’, una secuela de 10 capítulos que reunió a gran parte del elenco original. La serie se posicionó rápidamente como una de las más vistas en la plataforma, renovando el interés por la emblemática historia y sus personajes inolvidables.
A pesar del paso del tiempo, los secretos detrás de la primera versión de la telenovela siguen saliendo a la luz. Recientemente, la actriz Estefanía Gómez, quien interpretó a la extrovertida recepcionista Aura María, compartió una anécdota sobre las complicaciones durante la grabación de un episodio en el Museo Nacional de Bogotá. En ese entonces, la producción aprovechó la exhibición de obras de Picasso para incorporar un toque de realismo y actualidad a la trama.
Sin embargo, no todo fue glamour. Estefanía reveló que este día fue especialmente difícil para el elenco. “Nos tocó grabar de noche en el Museo Nacional. No se permitían cobijas, almohadas ni nada parecido, y estuvimos allí prácticamente 24 horas porque solo ese día estaban las obras expuestas. Dormimos en el piso, había un frío terrible y estaba lloviendo”, relató.
La actriz recordó que aunque tuvieron pequeños momentos de descanso, el cansancio era evidente. “Nos llamaban constantemente para seguir grabando. Fue agotador, salimos de ahí exhaustos. No todo lo que brilla es oro, pero el resultado fue espectacular”, concluyó. Este tipo de sacrificios, según Gómez, son parte del compromiso que hizo de ‘Yo soy Betty, la fea’ un ícono de la televisión.