Caracol Televisión es uno de los canales nacionales más populares en Colombia, con una sólida presencia en la programación de los fines de semana durante más de cinco años. El canal cuenta con un equipo de presentadores reconocidos, como Carlos Vargas, Juan Carlos Giraldo, Frank Solano, Carlos Giraldo y Mary Méndez, una samaria que se ha ganado el cariño de las personas por su carisma y los comentarios que hace durante la emisión del programa.
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Mary, también usa sus redes sociales para promocionar sus emprendimientos de comida saludable e incluso hablar de sus distintas experiencias de la infancia o temas controversiales de los que quiere opinar. La presentadora decidió dar su opinión sobre ‘No Más Chancla’, el proyecto de ley con el que se promueve judicializar los castigos físicos a niños; Mary comentó que su madre vio esta noticia y decidió compartirla, además la presentadora dijo que estaba en total desacuerdo.
“Yo agradezco que eso no estaba cuando a mí me criaron ¿eso que es?, yo no soy mamá, pero fui hija, en esos temas no me voy a meter, pero yo a mis papás les agradezco cada correazo, cada chanceltazo, cada putazo, cada castigo y cada todo, hoy en día hay un abanico de malas posibilidades”, afirmó la presentadora samaria.
Aunque muchos están en desacuerdo con este tipo de medidas legales, está comprobada que la violencia de este tipo hacia los menores puede tener efectos negativos en el desarrollo emocional, psicológico y social de los niños.
¿Por qué es importante evitar los golpes en la crianza de los niños?
Los golpes no solo generan miedo y confusión, sino que también afectan el bienestar emocional del niño, dejándole una sensación de inseguridad y ansiedad. En lugar de aprender lo que está bien o mal, el niño simplemente asocia la disciplina con el dolor, lo que no contribuye a su crecimiento emocional ni a la comprensión de límites y normas.
Además, cuando los adultos recurren a los golpes, están enviando el mensaje de que la violencia es una forma aceptable de resolver problemas. Esto puede llevar al niño a imitar ese comportamiento, reproduciendo patrones agresivos en sus propias relaciones y en su vida futura.